domingo, 20 de abril de 2008

Kechu Aramburu: NO DEPONGO "LA PALABRA"


KECHU ARAMBURU
NO DEPONGO “LA PALABRA”.
Dijo Federico García Lorca : “la palabra es lo único que nos han dejado”.


Y yo pienso que además nos han robado las ideas, nos han secuestrado el pensamiento, nos han pervertido los objetivos, nos han terrenalizado los sueños, nos han destrozado las utopías, nos han censurado el discurso, nos han plagiado los programas, han traficado con nuestros votos, han querido darle silueta de “ llave ” a algunas siglas.


Se acabó la pluralidad, la diversidad, el arco iris, no hay mestizaje, ni “alianza de civilizaciones interna”, se ha decretado el fin de la interculturalidad política y social. Es el tiempo del pensamiento único, orillado a centro derecha o a centro izquierda, a España la están centrando por la vía de la Ley electoral vigente, por la vía de un exacerbado bipartidismo, por la vía del modelo estadounidense, profundamente presidencialista, por la vía del talonario, por la vía de los imperios mediáticos.


Si a esto unimos otros muchos vectores, como “la contribución interna con Opas y contra-Opas”, y las políticas de alianzas tan contradictorias, como por ejemplo: en la Comunidad de Asturias IU es oposición al PSOE, habiendo rechazado varias Consejerías, en la capital de Sevilla co-gobernamos con el PSOE desde la minoría, y en el ayuntamiento de Valencia ni siquiera existimos; por lo que sería necesario mantener al menos tres discursos para avalar tan divergentes posiciones.

Dicho esto y recordando a Foucoult “el poder, te pongas como te pongas, no te va a permitir más, que sobrevivir” y cada vez menos. Una fuerza política que no asume la Monarquía, la España centralista, el olvido de las fosas comunes, los y las mileuristas, la corrupción de guante blanco, que la ETA marque la agenda electoral, que el litoral de este país sea el mayor desastre urbanístico de la UE, que no aceptemos que la precariedad y la siniestrabillidad laboral estén en el ranking de los países ricos, y que algunas mujeres sean mercancía de la masculinidad, y que nos neguemos, a que jóvenes y mayores sean considerados más que bolsas de votos.


¿Pero es que no nos hemos dado cuenta, que ya ni siquiera decidimos donde consumir el ocio, donde pasar las vacaciones?, son las multinacionales las que te hacen una oferta a Cuba, para que veas el fin del imperio castrista, y de paso los desconchones de la vieja Habana, o un vuelo de bajo coste al Vaticano, para que de paso te bendiga Su Santidad y te recuerde que la homosexualidad y los anticonceptivos son un pecado, y la eutanasia un delito. Por un puñado de euros más, puedes visitar Pekin y ver como se administra el comunismo patriótico Chino, consensuando la división de las castas entre pobres y ricos; incluso algunos “Tour Operators” te ofrecen ir a Japón para ver como hacerte adicto al trabajo sin sucumbir al “mito de la velocidad”.

Es el tiempo de la post-modernidad, del intento del fin de las ideologías,de hacernos elegir en empatía entre Obama, “un afro-americano”, o Hilary, de género femenino, además de victima resignada de las veleidades de un Clinton “juguetón”, o como a ellos les gusta discernir, entre la frescura y la experiencia. Pero ¿cuales son sus diferencias en política armamentística, en los Acuerdos de Kioto, en el precio del crudo, o en la condonación de la deuda externa al Tercer Mundo? El video de Obama atrapa el cerebro, el discurso de Hilary conmociona a “las clases medias”. En Estados Unidos será presidente o presidenta quién decidan las multinacionales. ¡Qué ridículo podemos llegar a ser!. Es tan palpable que lo que interesa es no ceder ni un ápice de empoderamiento, al pueblo soberano.


Mira querido Gaspar, creo que ha llegado el momento de hablarte claro, y yo misma que estoy a diario en “el tajo” te voy a explicar lo que pasa (aunque me consta que los sabes): ¿cómo en una campaña electoral, que de lo que se trata es de conseguir votos, tú te has atrevido a hablar...?: del aborto, de los acuerdos millonarios del Gobierno con la Santa Sede, del desasistido pueblo saharaui, de las tropas en Afganistán, de la pacificación de Euskadi, de la república, del cambio climático... ¿Cómo se te ha ocurrido dirigirte a los excluidos sociales que no votan, o a los anti-globalización si tampoco votan en su mayoría, o a las familias monoparentales que también han dejado de hacerlo porque ya no se creen nada?, o ¿cómo te has atrevido a aceptar el voto de los sindicalistas que defienden a la clase obrera, cuando parece que parte de ella, vota a la derecha?, o ¿cómo has osado visualizar que no toda la cultura, cantantes, artistas, intelectuales, creadores de opinión, no están en ningún pesebre y son libres para decir cual es la alternativa?.

No te das cuenta Gaspar que tú hablas de provocar el cambio, de revitalizarlo, de ser una izquierda transformadora; pero muchos millones nos han contestado con su voto en las urnas: “no gracias, yo prefiero leves reformas, no queremos cambiar”.


Cualquiera de los ciudadanos que han votado a los grandes partidos tienen o practican el siguiente discurso, que yo constato cada día: “prefiero un cuatro por cuatro o un mono-volumen antes que un utilitario”, aunque viva en el asfalto y sin familia numerosa, “prefiero un adosado en las afueras a vivir en un barrio”, aunque tarde una hora en llegar a mi trabajo, “prefiero una PDA a un móvil”, aunque no sepa ni para qué usarlo. Prefieren un colegio privado a uno público, aunque la enseñanza no sea mejor, pagar una mutua aunque si se tiene que operar lo hará en la Seguridad Social, estar apuntado por la tarde a padle para notificar a sus vecinos y compañeros que es muy “in” ; hacer yoga si es mujer, o footing si es hombre, estar apuntado a una cofradía o a un equipo de fútbol, llevar al niño por las tardes a inglés y al judo, y a la niña al ballet. Un poco de “Hiper” y de “Barbacoa” los fines de semana, y no hay que quebrarse la cabeza con más problemas, - amén de las hipotecas claro - , y se preguntan ¿qué tengo yo que ver con la inmigración, las guerras, la sostenibilidad, etc. etc.?. Y no se preguntan porqué hay varios millones de mujeres que toman ansiolíticos casi todos los días. Y a renglón seguido dice la ciudadanía: “si es que todos los políticos son iguales”.

Por eso amigos y amigas, Gaspar y compañía, dejemos de buscar las causas internas y externas. El tema es que la gente ha votado que le den dos mil euros por ser madre, seis mil a su adolescente por estudiar bachillerato, cuatrocientos por devolución de la Renta, otro cheque para la cosa bucodental, otro para la dependencia, y subida de calderilla para las paguitas. Y “los otros” más de lo mismo: prometieron bajar los impuestos, - para rebajar los servicios públicos, claro - , plantar cinco millones de árboles y reforestar España, (será de bonsáis), o envolver a los inmigrantes en mantas y enviarlos en pateras a su destino. La mayoría de este país está conforme con lo que tiene, e incluso agradecido, y le molesta que les recuerden las bolsas de pobreza que hay en las grandes ciudades, las múltiples bajas de docentes y sanitarios por las condiciones laborales, las pequeñas empresas, que si no tienen padrinos se arruinan, la España desértica, las corruptelas de grandes y pequeños. Casi todo el mundo, Gaspar, tiene su tarjeta VISA, su portátil, su cochazo, y sus escapadas los fines de semana a Londres, París o Roma.


Que osadía Gaspar, hablar de cambiar la realidad, de transformar el país, quién te has creído que eres ¿David?, pues no, ni siquiera el amigo de Goliat. ¿Cómo te van a votar?... si les has dicho que hay que crecer repartiendo, en resumidas cuentas, que tienen que renunciar a sus privilegios para que todos tengan, algo. Que ingenuos hemos sido, casi tanto como mi viejo profesor, Fausto Bertinotti, de quien aprendí tanto cuando era eurodiputada, y compañera en el GUE (Grupo de la Izquierda Unitaria Europea) en Bruselas.

Con bipartidismo perfecto o imperfecto, con esta ley electoral o con otra, con voto útil o sin voto útil, hasta el noventa y seis, con pinza virtual o sin ella, nos dejaron y nos observaron, después los que mandan, que obviamente no son los partidos políticos, dijeron que poco a poco, para no resucitar a los muertos y sin que se notase, pasaríamos a ser testimonio, nos echarían un poco de leña, y como había algo de lumbre nos quemaríamos vivos, nosotros mismos nos hemos abrasado los unos a los otros.

No me digan ustedes a mi, que no son de “chapeau”, nunca se manchan las manos, y siempre consiguen sus objetivos, como en la ruleta, siempre gana el que más tiene. Nosotros matándonos y ellos con los deberes bien hechos. Conclusión: no es posible seguir como si no pasara nada, hay que analizar social y políticamente esta catástrofe electoral. Y el primer ejercicio de pedagogía política, y objetivo de primera magnitud, es: TRABAJAR PARA CONSEGUIR QUE LA CIUDADANIA GIRE A LA IZQUIERDA.


Para que entiendan que están siendo sutilmente manipulados, cuando no aborregados, y que es inmoral que en el siglo veintiuno haya gente que tenga que buscar en los contenedores para comer, mientras a otros le caducan casi todos los días los yogures desnatados. Por eso hay que entender que la Educación es la más potente palanca de transformación, pero no la entendida como transmisión exclusivamente de conocimiento, sino la que sirve para humanizar, para crear conciencia, para hacer ciudadanía crítica, necesitamos gente informada y formada en la solidaridad, con compromiso de compartir, repartir y distribuir.

Mientras, Gaspar, puedes desgañitarte y clamar en el desierto, que entre los sirios y troyanos que te acompañan y desacompañan, y una gran parte del pueblo que hasta que no vino la decadencia del imperio romano, después del pan y el circo, no reaccionó. No sirve hacer más comparativa que la de un análisis riguroso, objetivo, y no interesado, sin sesgos ni tintes más verdes o más rojos.

Hace falta lealtad en el diagnóstico, criterios unitarios para diseñar las estrategias, no amputar ni un solo militante ni dirigente más, abrir las puertas y las ventanas para que entre oxigeno, renovar métodos, rostros y culturas, hace falta una “Revolución Interna”, y una “Sublevación de las bases”, no manipuladas, hace falta quitarle el óxido a la máquina, hace falta que mucha gente dé un paso atrás, hace falta que otra mucha, deje a otros, dar un paso adelante, hace falta preocuparse y ocuparse del capital político clásico, pero hace falta que los no contaminados apuesten por tomar el relevo, y se les deje.


Hace falta menos patriotismo, menos demagogia, menos ajustes de cuentas y más ladrillo sobre ladrillo, más torre de Babel, más construir juntos una nave que nos lleve a buen puerto, que su objetivo sea transformar la sociedad, como proyecto colectivo y no particular, más conseguir que no haya desequilibrios entre el Norte y el Sur, entre mujeres y hombres, más luchar por la libertad, por los derechos socales, por la igualdad...

Deben ser objetivos la soberanía, la pluralidad, la federalidad, el municipalismo, la radicalidad democrática, y la ética política, hace falta otra forma de hacer política, se ha acabado el ciclo del carrillismo, del anguitismo y del llamazarismo, se ha acabado el ciclo de los ismos, todas las escuelas han desvirtuado a sus maestros. En tu caso, Gaspar, el nueve de marzo, creo haberte entendido que dabas un paso atrás, pero que te quedabas, firme y convencido, en la izquierda roja, verde y violeta, y creí comprender que dabas por finalizado el llamazarismo y el post-llamazarismo, y llamabas a la “APERTURA DE UNA NUEVA FASE”.

Después de veintidós años de esplendor de esta fuerza política, y de alguna travesía en el desierto, ahora hace falta ir hacia un “PROCESO CONSTITUYENTE”, dándole la voz y la palabra a las bases, a los movimientos sociales, a la ciudadanía que nos vota, al millón de resistentes al pensamiento único, para esa IZQUIERDA UNITARIA, alternativa y transformadora, del siglo XXI. Debemos CONVOCARNOS porque es posible otro mundo, porque es posible otra España.


Fdo: Kechu Aramburu del Río.
Miembro de la Permanente Federal de IU.
Sevilla, abril de 2008.

1 comentario:

buendía dijo...

Un gran artículo, condensa muchas de las reflexiones que me he planteado desde hace tiempo. Es necesario hacer ver que cada vez es mayor la distancia entre los que manejan los hilos y toman las decisiones, de las ovejas del rebaño, que conforme más homogeneo es, más fácil se hace su control.