sábado, 24 de mayo de 2008

POR UN PROCESO CONSTITUYENTE PARA UNA IZQUIERDA UNIDA ABIERTA. Gaspar Llamazares y otr@s



Reconocer donde estamos para mirar al futuro con optimismo.


El pésimo resultado electoral obtenido por Izquierda Unida en las pasadas elecciones legislativas, exige de nosotros y nosotras una reflexión profunda sobre la situación de nuestro proyecto y sobre sus oportunidades en un nuevo contexto social y político.


Estamos convencidos de que las razones de nuestro fracaso son profundas pero creemos también que hay razones de “etapa política” para explicar una parte de los resultados.Comenzando por estos últimos aspectos, y en primer lugar, la dinámica bipartidista y el efecto acumulado del sistema electoral ha consolidado la tendencia al voto útil y ha convertido, en términos de representación, un mal resultado (un descenso del 20 por ciento de los votos) en un desastre sin paliativos (un solo diputado propio en el parlamento).


En segundo lugar, la atonía de la movilización social de izquierdas, esto es, la práctica ausencia de movilización social de izquierdas significativa frente a la gestión de Zapatero es un factor que genera dificultades adicionales en nuestra capacidad de representación política.


En tercer lugar, hemos de citar factores internos indiscutibles como la falta de tensión organizativa o los conflictos internos y también otros más sujetos a controversia como los aciertos o desaciertos en nuestra acción política desde la celebración de nuestra última Asamblea Federal.


Sin embargo, profundizar exclusivamente en estos elementos de análisis nos conduciría a no captar la auténtica dimensión de nuestra pérdida de influencia y, por tanto, a aplicar remedios erróneos o insuficientes para superarla.


Las cuestiones de fondo.


La reconstrucción de nuestro espacio político exige de nosotros y nosotras radicalidad en la interpretación y la propuesta. Y como decía el viejo Marx ser radical es ir a la raíz de las cosas.


En primer lugar, hemos de reconocer que conocemos mal nuestra sociedad y sus demandas y no hemos sacado conclusiones adecuadas de los cambios estructurales que han ocurrido en España en los últimos diez años. Nuestro esfuerzo de adaptación a las nuevas circunstancias ha sido excesivamente pasivo y no nos ha servido para cambiar al nivel que los tiempos exigían.


Hemos subvalorado el efecto cultural de los cambios sociales y económicos producidos en los últimos 20 años y, especialmente, los que tienen que ver con el proceso de modernización en España. Reconozcamos que no conocemos bien nuestro país, que los sujetos sociales respecto a los que nos hemos referenciado han cambiado y que la socialización de las nuevas generaciones se produce en un espacio despolitizado y privatizado. En estas condiciones nuestra opción política sufre especialmente.


En segundo lugar hemos sido excesivamente temorosos a la hora de hacer el esfuerzo de cambio y modernización que exigían las condiciones que sí conocíamos. La evidencia desde 1996 reconocía que el tipo de electorado propio de IU era un/a joven, urbano, con formación media/alta y transversal en términos sociales y culturales. Y sin embargo eso no nos ha llevado a protagonizar con decisión procesos de renovación en la representación orgánica o institucional. No nos ha animado a modernizar nuestros lenguajes, a cambiar nuestra representación pública, a facilitar una vida interna amable con generaciones que se socializaban por vez primera en la política.


Hemos dicho mucho y hecho poco en relación con la feminización de nuestra organización. Habiendo sido abanderados de la igualdad, observamos que seguimos siendo una organización donde la representación pública y orgánica de las mujeres está claramente por debajo de lo imprescindible. Estas dos cuestiones: la renovación generacional y la feminización de nuestra política no eran cuestiones menores y el resultado es que los jóvenes y las mujeres han dejado de percibirnos como una fuerza joven y de cambio.


En tercer lugar, este período de diez años ha mostrado las dificultades de la movilización social de la izquierda y su articulación política. Aún no hemos ofrecido una buena explicación a una pregunta inquietante: ¿Por qué el período más importante de movilización social en nuestro país (justo antes de derrota del PP en las elecciones de 2004) se saldó, sin embargo, con un ligerísimo incremento de la densidad organizativa y afiliativa de la izquierda social y política? ¿Por qué no se tradujo en activismo regular el compromiso de miles de jóvenes en las movilizaciones contra la guerra de Irak, contra la LOU etc? Obviamente, porque han cambiado sustancialmente las condiciones de la movilización y su relación con la representación política. Pero esto no explica suficientemente las cosas y sin esa explicación de fondo reconozcamos que tenemos un problema a medio y largo plazo.


En cuarto lugar, arrastramos un problema que debe ser, en primera instancia, correctamente identificado para generar, después, una estrategia de medio y largo plazo. Se trata de nuestra relación con el PSOE. Resulta casi inevitable ya, dedicar en nuestros órganos de dirección casi tanto tiempo a hablar del PSOE como a hablar de nosotros/as mismos/as. Una parte de la organización es incapaz de sustraerse a ubicarse políticamente y reconocerse identitariamente solo en relación con los movimientos, cambios y propuestas del PSOE. Esta lógica de subordinación ha producido graves problemas de posicionamiento en momentos anteriores y hace difícil construir una identidad propia.


No es problema de perfil es problema de identidad. Y pensamos que IU arrastra un problema de identidad, esto es, de poder ser explicado en términos de lo que Izquierda Unida es, no de lo que propone o representa. No hay ninguna duda de que IU está situada en la izquierda política y claramente a la izquierda del PSOE. Ahora bien, es menos evidente lo que IU es y las viejas formulaciones fundacionales han agotado ya sus capacidades de caracterizarnos.


Parece evidente, por otra parte, que hay movimientos de fondo que son adversos a nuestro proyecto y que explican que la izquierda alternativa se encuentre en retroceso, salvo excepciones, dentro del contexto europeo.Las recientes elecciones italianas son muy elocuentes pero, desgraciadamente, no constituyen un caso aislado.


En quinto lugar, no ha sido fácil y no hemos sabido construir una agenda propia y, probablemente, nos hemos insertado deficientemente en la agenda que los otros construían.


El conflicto en torno al eje nacional que ha confrontado a nacionalistas españoles y nacionalistas sin estado nos ha dificultado para construir un perfil propio y singular. Nuestra opción federal, nuestro compromiso por una España plurinacional, debería haber planteado con más determinación la defensa de un país plural con la búsqueda de lo común. Nos ha faltado seguridad para articular un discurso con capacidad de ubicarse en el espacio entre la confrontación de diferentes nacionalismos. Muy a menudo nos hemos visto atrapados en una tenaza que ha ahogado nuestra voz propia.


Por último, la gestión de la pluralidad en IU está siendo un asunto enormemente complejo y difícil. Si por un lado podemos reivindicar nuestra condición democrática en relación con el resto de partidos (parlamentarios al menos), por otro, la percepción de una bronca inacabable en IU nos ha perjudicado seriamente. Está justificado el desacuerdo, es razonable la expresión de desavenencias, pero resulta simplemente carente de crédito una organización que solo transmite tensiones internas, que dedica una parte sustancial de su tiempo a buscar el enemigo interno; donde una parte de la organización presupone en los otros la traición y alienta comportamientos desleales.


Una buena parte de nuestras energías y nuestro crédito se han ido por el agujero del conflicto interno y solventar esto será esencial para recuperar crédito y la confianza de nuestra base social.


El legado de nuestra historia


Por otro lado, hemos de considerar que leer correctamente nuestros resultados del 2008 implica necesariamente observar la evolución de dichos resultados desde 1986 hasta la fecha.


Izquierda Unida se constituye aquel año en el marco de una convergencia política y social que, fundamentada en profundas razones estratégicas, también pretendía responder a los errores y debilidades de un Partido Socialista que, cuatro años antes (con 202 diputados) había amenazado con monopolizar la representación política de la izquierda.


El devenir electoral de IU desde entonces señala una tendencia inequívoca: nuestro espacio electoral se agranda o empequeñece en relación inversa a la del PSOE. Sus aumentos se traducen en derrotas para nosotros y nuestros aumentos han estado asociados siempre a descensos de sus resultados, especialmente en la época negra del Felipismo.En efecto, el resultado de la legislatura más negativa para el Partido Socialista (la de 1993 a 1996) había sido un ligero descenso electoral de este partido, un incremento aún más ligero del voto a IU (de aproximadamente un punto)… y la victoria del PP.


La denuncia permanente del felipismo no había dado pie a nada parecido al sorpasso ni, lo que era aún peor, tampoco había dado pie a una nueva situación donde las políticas de la izquierda transformadora estuvieran más presentes. Muy al contrario, nuestro cénit electoral coincidía con un nuevo ciclo político conservador en el que se iba a producir una pérdida progresiva de nuestro apoyo electoral que no ha cesado hasta el momento presente.


No es necesario ensombrecer este análisis recordando que nuestra pésima situación actual no coincide con la de un PSOE arrollador como el de 1982 sino con la de otro que no goza siquiera de mayoría absoluta.Por tanto, parece claro que deberíamos rechazar por inútil cualquier hipótesis de trabajo que pretendiera centrar la salida a la actual situación en los posibles réditos electorales que nos pudiera otorgar el previsible giro al centro que el PSOE dará en la actual legislatura o en sus dificultades para afrontar la crisis económica.


Con más razón aún, tendríamos que considerar inútil cualquier pretensión de solucionar nuestros problemas en base a nuevas recomposiciones y componendas entre los poderes hoy existentes en IU o “venciendo”, cuando no excluyendo, a cualquiera de las familias o sensibilidades que hoy conviven en nuestra organización.


Por último, tampoco aparece como particularmente útil lo que no sería más que una variante de la solución anterior: reducir el debate a poner el acento en lo rojo, en lo verde, en la cohesión federal o en la soberanía de las federaciones. Los debates planteados en torno al peso específico de nuestras diferentes señas de identidad no suelen llevar a ningún sitio razonable y no suelen hacer otra cosa que ocultar piadosamente simples disputas por el poder.


La izquierda alternativa ha de ser necesaria e inequívocamente roja, verde, feminista, pacifista, federal, internacionalista y republicana, y no son juegos de alquimia sobre dichos conceptos lo que nos ha de sacar del atolladero.


La solución a nuestros problemas vendrá de una reflexión en positivo que coloque la Política en mayúsculas en el primer plano de nuestras preocupaciones; vendrá de un giro hacia la política y hacia la gente; vendrá de hacernos cómplices de y útiles para aquellos sectores sociales a los que decimos querer representar.


Esta debería ser una convicción compartida por todos y todas: la solución a nuestra situación actual está en volver a hacernos útiles políticamente hablando, esto es, volver a recuperar la confianza de los sectores sociales y electorales que en diferentes momentos han confiado en nosotros. Reivindicar la política, el programa del cambio, la solución a los problemas, es ubicarnos, nuevamente, en el espacio en el que se reconoce no solo nuestra identidad, sino también la utilidad de nuestras propuestas.Entramos en un ciclo económico recesivo que promete ser grave y con severas repercusiones para importantes sectores populares. Este es el escenario en el que tenemos que hacer valer nuestras propuestas y nuestra política.


En definitiva, defender los valores y principios fundacionales de IU con eficacia y posibilidades de éxito requiere una revisión crítica y a fondo de nuestra propuesta política, de nuestro discurso, de nuestra agenda de prioridades, de nuestra manera de organizarnos y de nuestra manera de relacionarnos con la sociedad.


HACIA UN PROYECTO CONSTITUYENTE PARA UNA IU ABIERTA


No tenemos dudas de la existencia de un espacio político propio y viable para la izquierda alternativa. Tampoco tenemos dudas sobre el hecho de que este espacio pide una representación genuina y específica.
Partiendo de esta base, IU tiene la necesidad de dar por cerrado el ciclo político que inició con su propia acta fundacional e iniciar otro proceso de convergencia política y social que culmine en su propia refundación. Es un proceso constituyente que debe permitir a IU reencontrarse con su base social, ampliarla, encontrarse con otras expresiones de la izquierda alternativa y, en ese proceso, construir una nueva cultura política organizativa.


Una formación capaz de afianzarse en la sociedad y en el electorado con un programa y un discurso propio, ilusionante, inteligible y netamente diferenciado. Una formación, en fin, capaz de impulsar con eficacia los valores y los principios a los que siempre hemos intentado servir.


No se trata de partir de cero. No podemos subvalorar, en primer lugar, la existencia del millón de votos cosechados en las pasadas elecciones generales, ni los miles de concejalas y concejales, centenares de alcaldes y representantes en los parlamentos y gobiernos autónomos de la izquierda alternativa en toda la geografía del Estado Español. Se trata de un capital importantísimo con el que hay que contar y del que hay que partir para reconstruir una nueva Izquierda Unida. Y aún menos de olvidar nuestra pasada historia para reinventarnos. Hemos de reivindicar con orgullo el papel que IU ha jugado y sigue jugando en la política española


• una inquebrantable voluntad de compromiso con los abajo, compartiendo con ellos/as sus dificultades y luchando junto a ellos/as por sus aspiraciones.
• un convencimiento firme de que somos y queremos ser una izquierda alternativa y de transformación, esto es, el horizonte de nuestro proyecto es la superación del capitalismo y la construcción de una sociedad alternativa a la que nos gusta seguir llamando socialismo.
• Un acuerdo sustancial con la idea de que la izquierda transformadora es y seguirá siendo plural y diversa en lo cultural, en lo político y en lo ideológico y que por tanto, la gestión de la pluralidad para que esta sume y no reste es esencial para la propia credibilidad del proyecto.
Un compromiso con la apertura social y política. Esto es, el reconocimiento de que hemos sido más y mejores cuando hemos mirado hacia fuera y nos hemos ocupado y preocupado de ser útiles a los de abajo y los hemos tenido en cuenta.


Este patrimonio nos pertenece a todos los hombres y mujeres que hemos formado parte de IU ahora o en algún momento y son los pilares sobre los que montar una nueva izquierda unida.


Pero para emprender este viaje hace falta un segundo reconocimiento: IU no representa hoy en exclusiva el espacio social y político de la transformación. No somos la única voz autorizada para hablar en nombre de los excluidos, de los que quieren cambios, de los que denuncian este sistema y de los que quieren cambiarlo.


Este ejercicio de humildad es el que se corresponde con lo que dice la realidad que está pasando en nuestro espacio social y político. Pero este reconocimiento está lejos de ser un límite para nuestro proceso de cambio. Antes al contrario, es y debe ser un acicate y un impulso para asegurar que cumplimos una tercera condición en este proceso: para la nueva Izquierda Unida falta mucha gente y no debiera sobrar nadie. Nuestro esfuerzo debe estar dirigido a convencer a miles de la necesidad de comprometerse en este proyecto y menos, mucho menos, en tratar de diseñar el enemigo interno adecuado para venideras batallas.


Si esto es así, reconocemos la necesidad de abrir ese proceso que posibilite una nueva convergencia social y política para un nuevo proyecto transformador. No debemos pensar en cómo hacer para que vengan a nosotros/as, debemos preocuparnos por cómo hacer para llegar a ellos/as.
La próxima Asamblea de IU debe significar el punto de arranque de este ilusionante proceso y debe asegurar un grado de compromiso interno que facilite este impulso y una dirección amplia de este proceso.


EN LA NUEVA ETAPA DE IU: UNA ORGANIZACIÓN ÚTIL PARA LA CIUDADANÍA Y LA TRANSFORMACION DE LA SOCIEDAD


Como decíamos anteriormente, la construcción de un nuevo sujeto político no ha de menoscabar nuestro compromiso con los principios y valores que han caracterizado a Izquierda Unida: la superación del sistema capitalista, la sostenibilidad, el feminismo, el republicanismo, la federalidad, el pacifismo, la radicalidad democrática…


Muy al contrario, de lo que se trata es de servirlos de una manera más útil y eficaz.
Para ello, debemos construir una formación política plenamente autónoma con una propuesta, un discurso y un perfil propios. Una organización que entienda, además, que nuestro espacio no es, simplemente, la corrección por la izquierda de la socialdemocracia o un espacio equidistante entre el PP y el PSOE.


Poseemos nuestra propia identidad, nuestro propio espacio y nuestras propias ideas. Pero para que estas sean fértiles deben ser abonadas en la sociedad, no encerradas en nuestro espacio. Mezclémonos, dejémonos contaminar por el resto de ciudadanos y ciudadanas, para aprender. Debemos ser capaces de simpatizar con quien nos acompaña. Para ir rápido mejor solo; para ir lejos, acompañado.


Nos reconocemos en las aspiraciones tradicionales del movimiento obrero, en su lucha por la igualdad y por la mejora de las condiciones de vida. Seguimos considerando parte esencial de nuestro proyecto de cambio las reivindicaciones del ecologismo político, del feminismo y del movimiento por la paz.
Reconocemos igualmente, el hecho de que, incluso en sus actuales horas bajas, el movimiento alterglobalizador ha planteado una nueva agenda y una nueva dimensión de los problemas y las alternativas.
Necesitamos incorporar una dimensión abiertamente republicana de nuestro ideario. Y eso significa no solamente un compromiso con un modelo de estado, es mucho más que eso. Es afirmarse en una nueva cultura de la democracia y la representación política. Es un nuevo ciclo de reconocimiento de derechos, sociales y políticos. Es luchar por un nuevo tipo de estado, plurales, abiertos, participativos, ciudadanos.
Somos la izquierda intercultural, que está convencida de la creciente e irreversible multiculturalización de nuestros países y busca hacer este proceso inclusivo y armonioso.
En fin, no tenemos dudas de donde están los vectores de la transformación. Pero el cambio debe ir mucho más allá de una simple enumeración retórica de palabras. Lo que somos y queremos ser debemos demostrarlo con nuevas prácticas, nuevas lógicas internas y una nueva visibilidad institucional.
Ser diferente es fácil, lo difícil es ser diferente porque se es más atractivo. Para conseguirlo, necesitamos estar más atentos a la sociedad y sus demandas.
Hemos de seguir impulsando la movilización social y hemos de privilegiar la lucha ideológica. Pero también hemos de saber desenvolvernos en la sociedad realmente existente, incidir en ella eficazmente sin refugiarnos en la coincidencia complaciente con sus sectores más próximos a nosotros.
La izquierda alternativa no ha de ser una izquierda con vocación marginal o minoritaria. Hemos de hacer un discurso inteligible y atractivo para la mayoría de los ciudadanos. Debemos elaborar una propuesta política y programática que sea a la vez ambiciosa y creíble, ilusionante y realista. Hemos de poner las necesidades reales de la ciudadanía en el eje central de nuestro discurso; hacer converger nuestra agenda con la agenda de aquéllos a quienes queremos representar; acabar con el divorcio entre el discurso político y el discurso ciudadano.



Es necesario renovar nuestro lenguaje, nuestra representación pública, nuestra manera de hacer política, para convertirla en algo asequible y atractivo para los grupos sociales que queremos representar


La política institucional ha de ser laica y tener como eje exclusivo el servicio a los ciudadanos. La gente nos vota para que hagamos mover las cosas en la medida de nuestras posibilidades y en la dirección correcta. No lo hace ni para que nos dejemos abducir o ningunear por otras opciones ni para que, en base a razonamientos más o menos sofisticados, acabemos remando en la dirección opuesta a sus expectativas.
Debemos desterrar para siempre la relación de amor y odio que hemos mantenido con el PSOE – síntomas diversos de una misma subordinación a su proyecto - para mantener una relación de tú a tú, que administre con igual tranquilidad las coincidencias y las discrepancias.


UNA NUEVA ORGANIZACIÓN, UNA NUEVA MANERA DE HACER Y DE ESTAR


Construir un tercer espacio político de referencia


La izquierda alternativa necesita construir su propio espacio de representación y para este propósito IU resulta esencial. No obstante, reconozcamos que no somos hoy los únicos en ese ámbito y que la situación exige audacia para acordar con otros (colectiva e individualmente) la reconstitución de ese espacio.
Eso exigirá paciencia, iniciativa y voluntad de acuerdo. Estamos proponiendo un proceso social y político de articulación de la izquierda alternativa lo que incluye todo un catálogo de opciones y posibilidades. La idea central es: necesitamos recomponer la relación entre la base social, cultural de la izquierda crítica y su representación política.


Una nueva organización para una nueva IU


Nada cambiará si cambian sólo las palabras. Si el resultado de nuestra deliberación es que cambia todo en el papel pero nada en la organización, habremos, una vez más, malogrado una oportunidad.
La nueva IU debe tener una nueva estructura organizativa, cuyo diseño debe obedecer a un imperativo esencial: el máximo de democracia, el máximo de transparencia, el máximo de utilidad política. Debemos ser innovadores en la aplicación de procedimientos de democracia participativa que hagan de IU una organización abierta, plural, amable y deliberativa.


Las propuestas deben favorecer que la organización sea de los afiliados/as de IU, las prácticas deben contribuir al “empoderamiento” de las bases de IU. En este aspecto la máxima radicalidad democrática debe ser el modo de garantizar el máximo compromiso.


No tenemos, en este punto, más límites que nuestra imaginación.Precisamos una nueva manera de gestionar la dirección de IU: máxima responsabilidad, direcciones colegiadas, transparencia organizativa.


Debemos intentar recuperar elementos que nos caracterizaron en su momento y que no tuvimos el coraje de aplicar con resolución: rotación de cargos; limitación de permanencia; incompatibilidad de funciones; etc…


Una nueva cultura de la pluralidad


Tenemos que sacar conclusiones de la pasada etapa, del encanallamiento de nuestra vida interna y de sus consecuencias. La lógica gobierno-oposición en la vida interna de IU se ha llevado una buena cantidad de energías productivas y ha invitado a marcharse a su casa a miles de buenos afiliados/as.
Hay que innovar organizativamente para hacer posible una gestión de la pluralidad y del conflicto que sume y que no reste; que socialice lo diverso sin excluir; que no anule lo distinto, sin confrontar.


En este punto, si pensamos en los que no están, en los que imprescindiblemente necesitamos para refundar este proyecto concluiremos en que el problema pasa por gestionar una mayor complejidad. En la IU actual sobra confrontación y falta pluralidad social, cultural y política que no está con nosotros/as.


Necesitamos una Carta del Funcionamiento Interno, un acuerdo político que regule nuestros conflictos y convierta a IU en una organización atractiva, orientada a la práctica, entretenida en los debates que preocupan a la ciudadanía y con capacidad de propuesta y de respuesta.


Un nuevo modelo federal: privilegiar lo común, incrementar la corresponsabilidad federal


Izquierda Unida es una organización que colocó desde el comienzo la defensa de un Estado plurinacional y una propuesta federalista en el frontispicio de su proyecto. El devenir político de los acontecimientos en nuestro país nos ha ayudado a aquilatar mejor la importancia de este hecho. Probablemente, hoy más que ayer tiene sentido la defensa de un espacio que defendiendo lo diverso reclame también lo común. Que no tema de lo plural y que se empeñe en mejorar aquello que integra y que no excluye. Nuestro proyecto no es subordinado, en esta materia, de ningún tipo de nacionalismo –sea este periférico o central- y puede contribuir a ofrecer una perspectiva nueva en momentos en los que se agudiza la lógica centralización-separación.


Una nueva IU tiene sentido como proyecto estatal diferenciado y da valor añadido a las organizaciones federales de IU. Esto es un convencimiento compartido. El otro, la mejor organización federal posible debe construir una nueva cultura de la federalidad. Esto significa, respetar el principio cultural de la pluralidad de poderes, pero también la gestión de lo común, basado en la corresponsabilidad federal.


Es el momento de fortalecer los mecanismos de coordinación, de preocuparse por buscar la coherencia de nuestras propuestas, en el buen entendimiento de que eso nos hará más creíbles y mejorará nuestras expectativas en todos los lugares.


En el centro, la política


Izquierda Unida ha construido sus mejores momentos cuando ha vinculado sus discursos a la realidad de las gentes, cuando ha intentado dar respuesta a los requerimientos de la ciudadanía. Este es un momento propicio para afirmarnos en esas circunstancias, para que IU recupere espacio y legitimidad poniendo en primer plano sus propuestas en una situación de crisis e incertidumbre.


Creemos que las 31 medidas para un cambio de izquierdas que defendimos en las pasadas elecciones son un excelente resumen de prioridades con el que nos identificamos y que consideramos vale la pena defender en este momento recesivo del ciclo y en esta nueva etapa política.


Igualdad social y mejores servicios públicos


1. Aumento del SMI hasta los 1.100 euros, ninguna pensión contributiva por debajo de los 800, ninguna no contributiva por debajo de los 600. Presentar en el Congreso una Ley de Renta Básica.
2. 1 punto de aumento del PIB en gasto social en cada Presupuesto de la nueva legislatura, para converger con la UE. Recursos suficientes para financiar la Ley de Dependencia.
3. Ley de 35 horas de trabajo. Plan de choque contra la siniestralidad laboral hasta alcanzar los niveles de la UE. Pobreza 0: prioridad en la lucha contra la pobreza y la exclusión.
4. Presentación en el Congreso de un Plan de lucha contra la precariedad, acordado con los sindicatos. Reducción en un 50% de la precariedad en las Administraciones Públicas.
5. Reforma de la Ley General de Sanidad: plan contra las listas de espera; gestión pública de hospitales; Plan estatal de asistencia primaria; regulación de la eutanasia y los cuidados paliativos.
6. Ley que garantice el derecho subjetivo a la vivienda y calendario de aplicación.
7. Ningún alquiler o pago hipotecario por encima del 30% de la renta familiar. Parques públicos de vivienda en alquiler. Limitación para el tiempo de pago de una hipoteca. Crear un Cuerpo de Inspectores de Urbanismo dependientes de la administración central.
8. Generalización de la educación hasta los 18 años. Garantizar el acuerdo para la creación de 300 mil plazas públicas infantiles en el primer ciclo de educación infantil. Carácter subsidiario de los conciertos existentes respecto de la red pública. Ningún concierto donde hay plazas públicas suficientes


Una política económica justa y redistributiva


9. Plan de choque de renovación de infraestructuras: ley de movilidad sostenible, apoyo al ferrocarril de cercanías.
10. Plan de lucha contra el fraude fiscal: Impuesto de sociedades del 35% para el sector financiero; reducción del IVA de los productos básicos de consumo; reforzamiento de la progresividad en el IRPF.
11. Impuesto especial sobre beneficios extraordinarios para las empresas financieras. Creación de una Dirección General para el control de la inflación.
12. Apoyo presupuestario a la investigación y el desarrollo hasta converger con la UE. Ley del Consejo estatal de la Ciencia y la Tecnología. Reforma del canon digital.
Todos/as ciudadanos/as
13. Reconocimiento del derecho a voto a los 17 años. Aprobación de una Ley de Política integral de juventud que intervenga sobre: vivienda, mejora de la educación, empleo.
14. Ley de plazos de la interrupción voluntaria del embarazo.
15. Creación de un Ministerio de la Mujer. Plan de choque estatal contra la violencia de género.
16. Ley de Creencias Religiosas, que consagre el principio de separación Estado-iglesia, que asegure la financiación privada de las Iglesias en nuestro país y que ofrezca igualdad de oportunidades a las distintas confesiones religiosas consolidadas en nuestro país. Izquierda Unida promoverá con carácter inmediato la revisión de los acuerdos con la Iglesia Católica firmados en esta pasada legislatura por el Partido Socialista. Reglamento laico en ceremonias civiles.
17. Replantear el actual modelo migratorio, Elaboración de una Ley de Derechos y Libertades de los Extranjeros en España. Reconocimiento de derechos de sufragio para los nacionales de terceros países en determinadas condiciones.
18. Creación de una Ley Integral contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género.
19. Creación una Fiscalía especializada en las violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario durante la Guerra Civil y el régimen franquista. Declaración de nulidad radical de todas las condenas, sentencias y resoluciones dictadas por los tribunales franquistas a propuesta de la Fiscalía.


Un programa ecológico para cambiar nuestro modo de producir, consumir y vivir


20. Por la sostenibilidad ecológica: prioridad en la lucha contra el cambio climático. creación de una Vicepresidencia del Gobierno sobre la sostenibilidad.
21. La tramitación en el primer año de legislatura de las Leyes de Movilidad Sostenible y la revisión del PEIT con criterios de sostenibilidad que incluya una moratoria sobre los planes de autovías y autopistas hasta completar su revisión. La tramitación en el primer año de legislatura de la Ley de Ahorro y Uso Eficiente de la Energía.
22. Calendario de cierre de centrales nucleares. La tramitación en le primer año de legislatura de la Ley de Energías Renovables y el compromiso de España de alcanzar el 30% de Energías Renovables para 2020.


Hacer más democrática la democracia


23. Por una democracia avanzada: reforma de la Ley electoral –un ciudadan@, un voto. Creación de la figura del Defensor del Elector.
24. Ley de democracia participativa y asociativa.
25. Código ético para la regeneración de la vida democrática y contra la corrupción. Suscrito por partidos políticos y organizaciones sociales, para articular los mecanismos que aseguren la transparencia, la participación y la pluralidad en las decisiones que se adopten en la actividad pública.
26- Reforma del Senado y su conversión en cámara territorial
27. Creación del Consejo General de la Comunicación y aprobación de Una Ley General Audiovisual que acabe con el caos normativo en este sector.
28. Reforma del sistema judicial y del sistema de elección de los Tribunales Constitucional y Supremo que responda a la realidad del estado autonómico.


Una política internacional para que nos quieran no para que nos teman


29. Retirada de las tropas españolas de Afganistán.
30. Denuncia y renegociación de los acuerdos de defensa con EE UU, recuperación de la soberanía de hecho, no solo de iure, sobre las bases de Morón y Rota.
31. Aumentar la contribución del presupuesto del estado hasta el 0,7% del PIB para la Ayuda Oficial al Desarrollo.


En fin, los y las que suscribimos este Manifiesto pensamos que la situación actual nos ofrece una oportunidad. No somos pesimistas, aunque sabemos de las dificultades del empeño. Por eso, con ambición e ilusión proponemos la convocatoria de un proceso constituyente en IU. Creemos que la próxima Asamblea debe iniciar ese proceso, debe elegir una dirección comprometida con ese empeño y debe favorecer un proceso de convergencia social, cultural y política que ofrezca a la sociedad una nueva Izquierda Unida.


Primeros firmantes
Gaspar Llamazares, Rosa Aguilar (Alcaldesa de Córdoba), Jesús Iglesias (Coordinador de Asturias y Portavoz Junta Principado), Laura González (Ex Consejera de Bienestar Social del Principado de Asturias), Noemí Martín (Diputada Junta del Principado de Asturias), David Abril (Coordinador de la Isla de Palma), Emylse Masa (Coordinadora de Palma de Mallorca), Fina Santiago (Consejera de Bienestar Social del Govern Balear), Eberhard Grosske (Concejal Ayuntamiento de Palma de Mallorca), Monserrat Muñoz (Presidencia IU), Inés Sabanés (Portavoz Asamblea de Madrid), José Masa (Alcalde Ayuntamiento Rivasvaciamadrid), Julio Setién (Alcalde de San Fernando de Henares), Fausto Fernández (Diputado Asamblea de Madrid), Luís Mari González (Sindicalista), Pedro Chaves (Presidencia IU), José Mª González (Coordinador de Castilla y León), Maite Martin (Coordinadora de Valladolid), Pedro A. Ríos (Presidencia IU), Javier Alcázar (Presidencia IU), Kechu Aramburu (Feminista y Filóloga), Encarna Páez (Alcaldesa de Villanueva de Tapia), Lola Linares (Concejala Ayuntamiento de Granada), Félix Taberna (Presidencia IU), José Miguel Ruin (Coordinador de Navara), Teresa Aranguren (Periodista, miembro del Consejo de Administración RTVE), Luís García Montero (Dirección Federal de IU), Javier Madrazo (Coordinador de Euskadi), Isabel López Aulestia (Presidencia de IU), Lois Uxia Tabeada (Dirección de Galicia), Almudena García (Coordinadora de A Coruña), Fran Baute (Dirección de IU), Ramón Trujillo (Tenerife), Mustafa Aberchan (Melilla), Juan Peña (Dirección Castilla y León), Agustín Maraver (Presidencia IU), Antonio Cortés (Presidencia IU), Marisa Bergaz ( Concejala Ayuntamiento Guaduassuar), Andrés Lozano (Profesor), Antonio Serrano (Portavoz adjunto Ayuntamiento Málaga), Andrés Ocaña ( Concejal Ayuntamiento Córdoba), Gorka Esparza (Coordinador de Salamanca), Antonio Manuel Carrasco ( Dirección Extremadura), Presentación Urán (Presidencia IU), David Chica (Economista)

viernes, 23 de mayo de 2008

POR IZQUIERDA UNIDA. CONTRA LAMPEDUSA


Por Izquierda Unida. Contra Lampedusa

Álvaro Aguilera, coordinador local de IU Brunete y miembro de base del PCE

Es fértil en estos últimos meses la profusión de análisis, propuestas, textos y testamentos en torno a la situación de Izquierda Unida. Numerosos dirigentes de IU, PCE y otros movimientos internos han tratado de diseccionar con mayor o menor acierto el cuerpo moribundo de IU, intentando encontrar el orígen de la enfermedad que lo corroe y la posible cura que lo sane.

Cometo la imprudencia de elaborar un acercamiento semejante desde el cómodo banco de la base y el anonimato, con el fin de intentar, en la medida de lo posible, facilitar una lectura políticamente incorrecta de la situación actual. Espero que mi temeridad sirva para alertar sobre el peligro que corremos las bases de IU dejando en manos de los dirigentes el peso total que suponen las riendas del imprescindible cambio que ha de fraguarse en nuestra organización en los próximos meses.

1. Apriorismos erróneos

En primer lugar quisiera desmentir varios presupuestos que se han repetido en diversas declaraciones y documentos:

“En Izquierda Unida falta mucha gente pero no sobra nadie”. Este punto, si bien es asumible en su primera parte, es inaceptable en su segunda. En IU sí sobra gente. Toda aquella que prioriza su interés personal por encima de la organización. Esta gente, con sus nombres y sus apellidos, no va a dar su brazo a torcer y es la base la que ha de marcarle el camino de salida imponiendo la coherencia, la ética y los principios de la izquierda socialista como marco de imposibilidad total para mantener sus tácticas caciquiles y despóticas.


“Los resultados electorales han desatado una crisis en IU”. De nuevo incurrimos en un presupuesto falso. El objetivo de IU no es, no debe ser obtener un número alto de diputados, concejales y cargos públicos sino transformar la sociedad. De tal manera, aunque en los comicios del pasado 9 de mayo hubiéramos obtenido 60 diputados, gran parte de la militancia hubiera seguido disconforme con la situación de la organización. Nuestro declive no es electoral, que también, sino identitario, ético y político (en el sentido estricto del término).

“El debate importante es organizativo y de censos, no ideológico”. Tampoco comparto este apriorismo. Indudablemente que los censos están manipulados, por lo que hay que subsanar sus deficiencias pero también es necesario establecer un ideario político e ideológico de Izquierda Unida, que asuma la organización y del que no se pueda deslindar. En este sentido el socialismo y el federalismo son piezas claves para la reconstrucción de IU, dos principios que han saltado por los aires de unos años a esta parte.

Evidentemente hay otros presupuestos que no comparto, pero estos son a mi juicio, los más destacables.

2. La táctica Lampedusa

Hay demasiadas buenas intenciones en IU y eso da qué pensar. Resulta que ahora todos los dirigentes federales y regionales que nos han llevado a la fractura total entre bases y dirección, se suben al carro de la necesidad de renovación, relanzamiento y consenso. Lamento decir que es demasiado tarde y que la única alternativa que tienen es pasar a la segunda línea, cuando no a la tercera o la cuarta. Se habla mucho de que las bases deben tomar las riendas pero se les impone un método, unas normas, un procedimiento que se ha visto incapaz de ofrecer a la militancia la posibilidad de intervención directa.

No se puede aludir al fortalecimiento de las bases, cuando las bases lo único que pueden hacer es recibir en el correo las normas para la


Asamblea Federal en la que saben que no participarán a no ser que sean parte integrante de alguna corriente.

La táctica es muy sencilla: aplicar el principio lampedusiano de “que todo cambie para que todo siga igual”.

Llenar de letras los textos es muy sencillo, pero actuar en consecuencia se antoja quimérico cuando aquellos que deben dejar paso a la militancia han demostrado que no la necesitan para nada y que de hecho, les es un elemento incómodo para mantener su cargo.

La base no puede dejarse hipnotizar por esta conjura de faquires que hacen un llamamiento bienintencionado con el único fin de quedarse donde están sacrificando los peones necesarios en aras de una huida hacia delante que les permita una jubilación digna. Nuestra única arma es la organización desde abajo, la no aceptación de las leyes “nuestros mayores” y la valentía suficiente para impulsar un proceso de refundación (llámese como quiera) desde la limpieza que da el no estar manchado, valga la redundancia –o no-.

Es imprescindible que estemos alertados sobre las tácticas de Lampedusa que nos están intentando colar los que desde ya, andan reuniéndose en oscuras habitaciones, en lugar de hacerlo a cara descubierta y en Asambleas abiertas.

La Asamblea Federal es el as en la manga para los lampedusianos. Puesto que tal y como la han diseñado, todas las buenas palabras se revelarán en un discurso hueco que en nada cambiará la deriva de Izquierda Unida. Si aceptamos la Asamblea tal y como nos la presentan, estamos perdidos.

3. Pasos previos

Para que la militancia sea el principal agente de este proceso hay que abordar una serie de pasos previos:

1. Proceso de readscripción. La militancia se dará de baja en su totalidad y volverá a afiliarse de un modo personal.
2. La Asamblea Federal será sustituida o servirá para fijar una Convocatoria abierta a todos los sectores de la izquierda anticapitalista del Estado.
3. El proceso de Refundación no puede cerrarse en un fin de semana por lo que finalizará al cabo de un año de la Primera Convocatoria, con una Segunda Convocatoria que fije unos nuevos Estatutos y una nueva línea política y organizativa.

4. Convocatoria abierta

Una vez tengamos claro que el futuro de IU está en manos de las bases y no en los despachos de Olimpo, hemos de difundir esa Convocatoria abierta a aquellos que nos abandonaron, que nunca formaron parte de IU o están en casa con lo que a mi juicio son varios presupuestos irrenunciables:

Anticapitalismo y Socialismo. Con una definición amplia de ambos términos aglutinante y no excluyente, pero firme en su defensa y en el deseo de aplicación de la misma.
Republicanismo, feminismo y ecologismo. Los tres ligados estrechamente al primer punto, ya que sin lo uno no se puede alcanzar plenamente lo otro y viceversa.
Federalismo. Lo que implica ineludiblemente el rechazo al confederalismo, uno de los cánceres de hecho de nuestra organización.
Movimiento político, social y cultural. Las áreas han de ser el reflejo de la actividad de IU en todos los ámbitos. Hemos de ser la vanguardia social, política y cultural abriendo espacios de encuentro que mejoren la sociedad desde el pensamiento, la acción directa y la institucional. Serían absurdas por tanto las alianzas electorales. Quien quiera concurrir con nosotros que entre en la organización.
Ética y Democracia Radical. La dirección ha de ser entendida en un sentido piramidal ascendente y debe de acogerse estrictamente al presupuesto de “mandar obedeciendo”.
Censos limpios. Se acabaron los equipos de voleibol y los pagos colectivos de las cuotas. Los afiliados y afiliadas entrarán en la organización de forma personal, libre e individual y de esa forma abonarán sus cuotas.
Unidad de acción. Las decisiones tomadas por los órganos democráticos –cuando lo sean verdaderamente- se respetarán. Ahora bien, habrá que atender las particularidades de cada asamblea y sus razones para obrar en cierto sentido antes de abrir expedientes, etc.

5. Reflexión final: romper la cuerda

Mi propuesta, lo sé, reincide sobre algunas cosas ya dichas (especialmente por la que a mi juicio es la mejor aportación hasta el momento, la del compañero Julio Anguita) y busca sobre todo, el afán de no construir una nueva IU en torno a nombres y corrientes, sino desde las ideas, la base y la ilusión que impulsó el nacimiento de la primera Izquierda Unida.

He tratado de ser lo más aséptico, concreto y correcto que me ha sido posible.

Quisiera finalizar con algo que me parece sustancial. Detecto entre algunos compañeros y compañeras cierto miedo a tensar la cuerda, a incidir en las diferencias con ciertos elementos de IU por miedo a una escisión o algo parecido. En mi opinión este miedo puede ser un mal principio de cara al cambio, ya que si por no romper la cuerda, seguimos aceptando prácticas fuera de lo que debe ser nuestro discurso y actuación, estaremos en cierto modo, legitimándolas y asumiendo el final de la IU que deseamos.

La cuerda debe romperse con aquellos que, como dije antes, anteponen sus intereses y ambiciones por encima de la organización. Un claro ejemplo es lo ocurrido en Valencia. Si la dirección no hubiese pasteleado, apoyado e intrigado con Isaura Navarro y hubiese respetado la legalidad no estaríamos donde estamos. Ante casos así (y aún los hay) no nos puede temblar el pulso. La coherencia está por encima de obtener diputados o votos en el CPF, cosa que no han sabido o no han querido entender el actual coordinador, su camarilla y otros muchos.

Esta es mi reflexión. Espero que no hiera a la gente de bien de IU, que afortunadamente es la inmensa mayoría.

sábado, 17 de mayo de 2008

LA PRIMAVERA DE LOS MIL MANIFIESTOS. Sebastián Martín Recio


LA PRIMAVERA DE LOS MIL MANIFIESTOS


No he firmado aún ningún manifiesto.

Con el que he mostrado mi apoyo ha sido con el artículo de Julio Anguita "No hay tiempo para más dilaciones", entendiendo que lo que plantea no sólo es un escrito, sino un proceso de refundación, que es algo mucho más serio, y en el que estoy interesado en participar.

Hay otro manifiesto, inconcluso, de la Corriente "convocatoria por Andalucia" (la corriente crítica de Andalucía) a la que pertenezco, que está en fase de debate. En mi opinión, existen condiciones para una confluencia entre la corriente a la que pertenezco y la plataforma por la refundación de IU; de hecho estamos muchos compañeros en ambas propuestas.

Además he recibido el manifiesto de Nuet, que no está mal en sus contenidos y que comparto en gran medida. Pero, según voy constatando, no debemos analizar manifiestos y escritos de manera aislada, sin tener en cuenta el conjunto del proceso.

Hay otros manifiestos circulando por ahí. Esto es interesante... Tras la derrota electoral, hablaremos en la historia de IU, año 2008, de "la primavera de los mil manifiestos". Esto tiene algo cualitativamente relevante y es el deseo de analizar lo que ha ocurrido, las causas... y mostrar también ideas para la participación en un proceso que nos permita salir de estas circunstancias adversas. Pero detrás de un manifiesto con las mejores intenciones y las frases más contundentes hay personas, trayectorias, y, sobre todo, alternativas y estrategias de fondo y para el futuro que conviene analizar antes de valorar globalmente.

Por eso en mi blog los voy publicando casi todos en la medida que el tiempo me lo permite.

Antes del verano deberán conocerse los nombres que están detrás de cada manifiesto. Esto nos mostrará las "tendencias para la próxima temporada". Me interesa más la "transversalidad” que cada alternativa es capaz de producir en forma de revulsivo en el conjunto de la organización que el "recuento de efectivos" que cada escrito acumula.

Pronto nos veremos tod@as


POR UN PROCESO CONSTITUYENTE EN IU LV CA: SOBERANÍA, PLURALIDAD Y DEMOCRACIA INTERNA


POR UN PROCESO CONSTITUYENTE EN IU LV CA: SOBERANÍA, PLURALIDAD Y DEMOCRACIA INTERNA


¿QUE ORGANIZACIÓN NECESITAMOS PARA ESTE PROYECTO?

La derrota electoral es, también, la derrota de un modelo organizativo caduco e incoherente. Creemos que las personas sinceramente de izquierdas representan las esperanzas de lo mejor y más digno del ser humano. ¿Por qué entonces se vienen dando desde hace años las peores prácticas políticas en este colectivo? Desde este manifiesto afirmamos que no se pueden alcanzar fines participativos, solidarios, enriquecedores con métodos que no impliquen todos estos valores. Asimismo perdemos toda la credibilidad cuando no practicamos nuestros principios ni nuestro programa.

Sabemos que es más fácil cambiar tesis políticas que los comportamientos humanos, pero necesitamos para la nueva construcción de la izquierda, un nuevo concepto de la organización, del poder interno, de la concepción de la participación política:


1.- Sustituyamos el concepto de MILITANCIA por el de COMPROMISO. No somos “militares” de ningún ejército, somos personas conscientes que asumen un compromiso con unas ideas y con un proyecto. El compromiso es un hecho INDIVIDUAL Y LIBRE, por tanto es preciso eliminar los sistemas de presión y de alineamiento en el interior de IU.

2.- Garantizar, en la elección de los órganos de dirección y para la representación política, la presencia de personas que participen en los movimientos sociales en cada ámbito.

3.- Los partidos políticos, o cualquier otra forma de organización grupal, no pueden imponer o promover disciplina de voto y deben aceptar el compromiso de que cada hombre o mujer de IU tiene exactamente los mismos derechos. Asimismo, no pueden tomar decisiones previas sobre materias o asuntos que sean soberanía de las asambleas u órganos de IU.

4.- La organización de IU se compromete con la igualdad de las mujeres en los puestos institucionales y orgánicos en todos los niveles. Las normas de elección contemplarán medidas para garantizar una composición paritaria en su resultado.

5.- Se establecerá el procedimiento de PRIMARIAS VINCULANTES para la elección de todos los cargos públicos, así como para los puestos orgánicos que se determinen. Los estatutos contemplarán medidas para garantizar la igualdad de oportunidades en estos procesos, obligando a los órganos de dirección a la neutralidad.

6.- LA LIMITACIÓN DE MANDATOS SERÁ OBLIGADA en los puestos institucionales y orgánicos. También se establecerán incompatibilidades para que no se acumulen puestos en las mismas personas.

7.- Ningún órgano de dirección podrá superar el 50 por ciento de cargos públicos o de personas profesionales de la organización.

8.- La garantía de la democracia interna son unos CENSOS TRANSPARENTES Y REALES así como la cotización individual . Los estatutos crearán los mecanismos precisos para su control democrático, su confección y modificación.

9.- Los derechos de los afiliados y afiliadas deben ser protegidos por COMISIONES DE GARANTÍAS que tengan los suficientes medios y capacidades para poder actuar de forma independiente y neutral, en plazos ciertos.

10.- Se regularán en los estatutos LOS DERECHOS DE PARTICIPACIÓN que asisten a los afiliados, entre ellos, el Referéndum vinculante, la capacidad de propuesta horizontal o desde la base y el derecho a la información

11.- Regulación amplia y nueva del papel de las asambleas locales, con competencias efectivas en su ámbito y capacidad de propuesta y de codecisiòn en el resto de las materias.

12.- Un código ético para el funcionamiento de toda la organización que excluya la descalificación, el ataque personal y que se base en el respeto a las personas y opiniones, protegiendo de forma especial, a las minorías de la organización.


Hasta ahora hemos hablado de nuevas medidas y propuestas, pero es necesario rescatar dos experiencias de nuestra trayectoria y colocarlas en el lugar central de nuestra organización:


A- Rescatar la elaboración colectiva y el PROGRAMA como base central de alianzas o acuerdos de gobierno. La elaboración colectiva, con la sociedad, con los afectados tiene que ser permanente. No hay IU sin elaboración colectiva. Los estatutos establecerán el nuevo papel de las Áreas de Elaboración, comisiones pectorales y asambleas sectoriales.

B.-La MOVILIZACION SOCIAL como forma de concienciación, autoorganización y participación ciudadana. Solo la movilización, en su más amplio sentido, enriquece nuestra experiencia y mejora las alternativas. Dirigir al menos, el cincuenta por ciento de nuestro esfuerzo a este fin y tomarlo como referencia para cualquier tipo de elección interna.


En suma:

Recuperar y actualizar los principios y valores que dieron origen a la creación de CONVOCATORIA POR ANDALUCIA, proyecto político abierto a la sociedad andaluza, independiente, transformador y alternativo al capitalismo, pues pretende la construcción del socialismo democrático.

Recuperar la política como instrumento del ciudadano, alejada de la que practican los partidos clásicos, consiguiendo un MOVIMIENTO POLITICO Y SOCIAL que aglutine las inquietudes de una sociedad plural.

LA IZQUIERDA TIENE FUTURO. Manifiesto


ENCUENTRO ABIERTO DE LA IZQUIERDA ANDALUZA

MANIFIESTO LA IZQUIERDA TIENE FUTURO

Ciudadanos y ciudadanas, pertenecientes a diferentes líneas de pensamiento, en el marco de la antiglobalización, coincidimos en la necesidad de repensar los diferentes proyectos políticos de la izquierda transformadora, contando con todas aquellas personas que desde la ex-militancia o la actual militancia política, con los activistas de los movimientos sociales, con los creadores de opinión, con el movimiento obrero clásico, y con los emergentes, con los profesionales, con los jóvenes, con las feministas, con los ecopacifistas, con los internacionalistas, y con los nacionalistas, queremos contar con esa parte de la ciudadanía que se abstiene porque no encuentra el referente ético y alternativo.


Queremos también contar, de forma especial, con muchas personas que, en algún momento, se sintieron ilusionadas por el proyecto de IU pero que se marcharon de nuestra fuerza política porque la experiencia no estuvo a la altura de sus expectativas así como aquellas han enriquecido su trayectoria vital en los movimientos sociales o en cualquier otra forma de trabajo con la sociedad, en el que incluimos la creación cultural, la investigación social y todas aquellas fuentes de elaboración alternativa en los más diversos campos.

Queremos también, dirigirnos, de forma preferente a los jóvenes de dentro y fuera de nuestra organización política. Si queremos construir la izquierda del futuro, estamos por tanto hablando de la izquierda que vivirán o sufrirán los jóvenes de hoy y es preciso construirla con sus valores y sus experiencias.

Creemos en el futuro de la izquierda alternativa. En este mundo, lleno de recursos, pero injusto y desigual, creemos que la existencia de la izquierda política es una necesidad para el avance social.

Pensamos que, hay que mirar al pasado para recuperar las mejores experiencias, pero que la sociedad actual nos exige nuevas respuestas y soluciones, por lo que la construcción de la izquierda futura nos demanda un IMPULSO NUEVO Y CONSTRUCTOR, no simplemente continuista o reformador de lo existente.

Para esta creación necesitamos una total libertad de crítica y de pensamiento. No nos valen disciplinas partidarias, alineaciones en torno a grupos de poder o a liderazgos hoy cuestionados. Vale un debate abierto, respetuoso, en el que la crítica vaya acompañada de la alternativa, en el que todos seamos capaces de llegar a síntesis políticas que nos permitan avanzar y no a repartos de poder que nos inmovilicen.

Intentamos, en este manifiesto, iniciar un nuevo lenguaje, una nueva ilusión y unos nuevos métodos organizativos que nos permitan hacer del proyecto un bello viaje vital hacia nuestros objetivos.


Socialismo democrático,
Una alianza contra el neoliberalismo


UNA IZQUIERDA CONSCIENTE Y CONVENCIDA

El Siglo 21 pude estar marcado por el desarrollo global de todas las personas y regiones solidarias dentro de una sociedad mundial basada en la igualdad y la libertad.

La productividad, niveles de educación, la eficiencia económica y tecnológica, la división internacional del trabajo y las posibilidades de emancipación y desarrollo personal existentes hoy día son los más elevados que nunca antes se hayan registrado.

Asistimos a una oportunidad histórica de superar la pobreza, el hambre, la sed, las desigualdades e injusticias sociales, la desprotección de los más desfavorecidos, y otras muchas lacras de la humanidad, de manera global y pacífica.

La desfasada división laboral y de roles entre sexos y el enraizado patriarcado en tantos aspectos del comportamiento social, son una obsolescencia histórica, al igual que las diferencias y divisiones raciales.

Con jornadas de trabajo más cortas y bajo condiciones más humanas, en consonancia con un aprovechamiento del entorno más responsable, hoy es posible satisfacer las necesidades humanas básicas de toda la población del planeta.

Para ello es necesaria una relación con nuestro medio ambiente absolutamente renovada, necesaria y posible.

En cambio, asistimos a una inconsistencia global cada vez más evidente: la época de mayores posibilidades de desarrollo personal y colectivo es la que arroja menos esperanzas de poderlos conseguir.

Las corporaciones trasnacionales y los mercados financieros internacionales controlan el desarrollo social de las regiones y de sus habitantes.

El neoliberalismo, en nombre de la universalización de la libertad, intenta que todos los campos de actividad se subordinen a los flujos e intereses de esos mercados.

Con la colaboración de organizaciones políticas conniventes con ese capital,
liberales, conservadores y socialdemócratas se han prestado a tensar a las sociedades actuales hacia posiciones neoliberales.

El objetivo: empequeñecer la presencia social del estado
y disminuir, enflaquecer, la cobertura y protección del estado del bienestar, en pos de un modelo social competitivo y deshumanizado, con marcados rasgos represivos y antidemocráticos.

Sustituir ciudadanos por consumidores, emancipación por capacidad de compra, libertad por amplitud de oferta y, en definitiva, estado por mercado.

Con políticas de privatización, desregulación y sometimiento de todas las esferas vitales al mercado., en nombre de la igualdad de oportunidades, se ensanchan las diferencias entre ricos y pobres, poderosos y desfavorecidos. Los sectores con menos recursos, a escala global, no son atendidos, o sólo lo son parcialmente y a cuenta de los mismos hilos que provocan su desgarro.

A través del flujo financiero de los mercados internacionales los beneficios de capital aumentan sin límite ni control, mientras que la pérdida de empleo o el empleo precario son la rutina diaria para millones de personas.

La transición hacia un mercado flexible del trabajo y de las formas de trabajar como respuesta a una necesidad del capital destruye la vida familiar y social, desestructurando a comunidades sociales enteras, lamina derechos sociales conquistados a lo largo de siglos.

Los servicios públicos han sido privatizados y escapan al control de las organizaciones políticas y sociales.

La apertura emergente entre clases en nuestra sociedad coincide con otra relación de opresión entre individuos, la desestructuración del sistema igualitario. Personas de otros orígenes, de otras etnias , orientación sexual o religión están sufriendo discriminación. El racismo aumenta y las desigualdades de género se manifiestan violentamente tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo.

Neoliberalismo significa desmantelar la democracia. Inmensas cotas de poder están concentradas en manos de fondos financieros internacionales, multinacionales y organizaciones internacionales al servicio del capitalismo global: la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial…Todos ellos escapan a ningún control democrático

La esencia de la democracia está siendo laminada. La proclamada ‘guerra contra el terrorismo’ está siendo utilizada para recortar masivamente derechos fundamentales y libertades civiles. Métodos bárbaros de dominación están siendo utilizados con cada vez menos restricciones y control.

Hoy más que nunca es necesaria una alternativa social, democrática y pacífica que combata las agendas neoliberales, nacionalistas insolidarias, teocráticas y neoconservadoras que se imponen a escala global.


ESPAÑA

España refleja un acatamiento de las políticas neoliberales casi seguidista desde los años 80. La convergencia con Europa ha aumentado y los niveles de bienestar nada tienen que ver con los heredados del franquismo. Pero ha participado, y cada vez más activamente, en todas esas tendencias.

Dentro de nuestra sociedad han surgido nuevas desigualdades, nuevos actores.La apuesta por la cobertura social del estado nada tiene que ver con la de los países más desarrollados de nuestro entorno y las diferencias entre regiones, zonas rurales y urbanas, e interior y costas de nuestro país, cada vez son más pronunciadas.

El resultados de las últimas elecciones generales se interpreta como una victoria de la “izquierda’ en un entorno que se está derechizando: Merkel, Sarkozy, Berlusconi, o los resultados de las elecciones municipales en Inglaterra.

La opción ganadora no se sitúa en la izquierda desde hace décadas y los guiños al electorado de derecha son continuos: regalos fiscales, repatriación de inmigrantes, incentivación del consumo como medida contra la crisis económica…

No se apuesta decididamente por fomentar otro modelo económico; no se avanza en la revisión de la ley del aborto; la financiación de la iglesia; la ley electoral…renunciando a los valores de la izquierda sólo se propone una derecha con rostro humano.


ANDALUCÍA

Andalucía es la expresión cierta de que el neoliberalismo, aún en sus momentos más boyantes, es básicamente empobrecedor.

El alto nivel de crecimiento económico de los últimos 20 años ha despreciado las capacidades de nuestra tierra y ha consumido recursos de una forma terrible.

Andalucía podría ser hoy líder mundial en energías renovables, dada su capacidad para la producción de energía solar, eólica y biomasa. Asimismo podría haber convertido la producción ecológica y de calidad en una inmensa fuente de riqueza que se repartiera por el conjunto de nuestra geografía. Finalmente, nuestra comunidad podría haber tomado el tren de las nuevas tecnologías e incorporarse a la producción de nuevos bienes y servicios de forma preferente.

Todo esto solo existe de forma testimonial porque el grueso del desarrollo andaluz se ha invertido en una descomunal ocupación del territorio de la que se lamentarán las generaciones venideras, una especulación urbanística sin trabas y un mercado laboral caracterizado por la precariedad y los bajos salarios.

El gobierno andaluz, lejos de orientar los procesos económicos y mucho menos intervenir en ellos a través de los mecanismos como cajas de ahorros, inversión pública, etc, ha aplaudido este modelo de crecimiento especulador y, a largo plazo, empobrecedor.

Creemos que hay alternativas viables a esta situación y que, precisamente ahora, son perentorias si no queremos que la posible crisis económica vuelta a azotar de forma especial a nuestra comunidad, y de forma preferente, a los sectores populares.

Queremos construir una Andalucía plena de derechos, constituida por una ciudadanía libre y crítica, en la que los derechos sustituyan a los favores y los cheques, y los servicios públicos a las privatizaciones. Una Andalucía que aproveche sus capacidades productivas en cada uno de los sectores, que considere como su mejor riqueza la preparación de su capital humano y tecnológico.

Creemos, finalmente, que Andalucía tiene la enorme capacidad de ser puente con toda la cuenca del Mediterráneo y que debe ser líder en las políticas de paz y cooperación. Pero esto no es compatible con las bases militares y con las murallas que el programa SIVE levanta ante los países del tercer mundo.


Construir una gran Alianza contra el neoliberalismo

Nuestra alternativa es conformar una alianza contra el neoliberalismo, que renueve los principios de solidaridad y de construcción democrática de la sociedad. Esta amplia alianza nos permitirá converger con un amplio abanico de movimientos y personas que toman conciencia de la necesidad de oponerse al avance del neoliberalismo.

Una alianza en la que confluyen la tradición del movimiento feminista, el movimiento ecologista y antinuclear, el movimiento pacifista, las posturas críticas con la globalización capitalista, los foros sociales y los movimientos contra la represión, los foros y organismos por la defensa de los derechos fundamentales y de la libertad, los partidos políticos, las organizaciones, las personas de izquierdas.

Hemos extraído la lección de la caída de los países del Este y sabemos que el socialismo no puede existir sin la más amplia democracia. La alternativa al capitalismo sólo puede darse en forma de socialismo democrático, basado en la democracia radical, la libertad, la justicia social, el internacionalismo y la solidaridad, como principales valores. Inseparables de la paz, la conservación del entorno medioambiental y la emancipación, en un camino en el que fondo, forma y medios, no se puedan desligar.

Comprobamos la diversidad y riqueza de los proyectos vitales de cada individuo. Vemos como una oportunidad la ruptura de los roles tradicionales de genero, clase, raza…una oportunidad para el desarrollo personal y colectivo, para el nacimiento de una sociedad más justa e igualitaria, más libre y solidaria.

Queremos constituir un polo de referencia con un fuerte sentido cultural y social. Apostamos por la laicidad en su más amplio sentido, extendido no solo a la educación sino al conjunto de las relaciones sociales. Apostamos por una cultura crítica que ponga al descubierto las falacias de los modelos sociales y convivenciales promocionados por los mass-media

Libertad y justicia social, democracia y socialismo no existen los unos sin los otros. Somos conscientes de que igualdad sin libertad personal concluye en incapacidad, frustración; libertad sin igualdad es libertad sólo para los ricos; y de que todos aquellos que oprimen, de alguna manera, tampoco son libres.

En definitiva, elegimos el camino de luchar contra la explotación del hombre por el hombre y contra cualquier tipo de opresión racista o patriarcal.


Por contribuir a la realización personal y emancipación profesional a través de la cultura, la educación y los mass media, universales, gratuitos y democráticos, en lugar de fomentar sistemas restrictivos donde más que el mérito sean decisivas las posibilidades de acceder a ellos: igualdad de oportunidades

Contra el desmantelamiento de los derechos sociales

Por una distribución más justa del trabajo

Por una riqueza más coherentemente creada y repartida

Por una regeneración del estado del bienestar basada en la solidaridad y el internacionalismo

Por un nuevo horizonte de relaciones entre el sur de Europa, Andalucía en su centro, y el resto del Mediterráneo

Por un mundo en paz, socialmente justo y democrático


EN CONCLUSIÓN, CONSIDERAMOS QUE ES NECESARIO UN TERCER ESPACIO POLÍTICO CON UNA IDENTIDAD Y ALTERNATIVAS DISTINTA A LA SOCIALDEMOCRACIA. SOMOS CONSCIENTES QUE ESTE ESPACIO SE CONSTRUYE CON APORTACIONES Y EXPERIENCIAS DIVERSAS ASÍ COMO CON OBJETIVOS COMUNES. CREEMOS QUE HAY ENERGÍAS SOCIALES SUFICIENTES PARA LA CONSTITUCIÓN DE ESTE POLO DE REFERENCIA Y PONDREMOS TODO NUESTRO ESFUERZO PARA QUE SE ESTABLEZCAN CAUCES UNITARIOS Y NUEVOS MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN QUE GARANTICEN LA EXISTENCIA Y VITALIDAD DE LA IZQUIERDA ALTERNATIVA

martes, 13 de mayo de 2008

REFLEXIONES. Samuel Dominguez, Castilleja de Guzmán


REFLEXIONES

“El hombre superior es modesto en el hablar,
pero abundante en el obrar.” (Confucio)


Desde mi modesta posición y con la inocencia, bendita inocencia, que me da el haber permanecido ajeno durante la mayor parte de mi vida a los entresijos internos que oculta la política, pretendo hacer una reflexión de aquello que, en el poco tiempo que llevo participando en IU, me ha hecho abrir los ojos, ilusionarme, desengañarme, perder la esperanza, y motivado para seguir, hoy más que ayer, luchando por los valores que uno cree justos.

Hasta hace un año permanecía ajeno a lo que algunos consideran vida política. Personalmente no creo que exista nadie ajeno a la política, tan solo personas apartidistas, desengañadas de la forma actual que hay de hacer política. Quizás conformistas o poco motivadas, aferradas a la idea de que lo que hay es inmutable y que cambiar la sociedad está más allá de sus posibilidades, pero nunca apolíticas. Hasta la persona más reacia tiene en su fuero interno una idea de cómo le gustaría que fueran las cosas, qué cambiaría de la sociedad y qué dejaría igual. Ese simple pensamiento convierte a la persona en política. Un político no es el que ocupa un sillón en la administración, es aquel o aquella que tiene ideas propias, ya se las guarde para sí mismo, ya las comparta con el resto. Y para llevar a cabo estas ideas no hace falta militar en un partido ni en un sindicato, ni estar situado en las altas esferas de poder. Para trabajar para cambiar las cosas solo hace falta querer, independientemente del ámbito en que se realice este trabajo.

Desde esta misma apatía que antes comentaba que a cierto sector de la sociedad le provoca todo aquello que tiene que ver con el ámbito político, IU ha intentado fomentar la idea de que existe otra forma de hacer política, diferente a la que propugnan los partidos mayoritarios. Una política real de izquierdas, cercana al ciudadano, donde este tiene su protagonismo. Todos tenemos algo que decir y todos tenemos derecho a que se nos escuche y se nos tenga en cuenta. IU ha abanderado la posibilidad del ciudadano de a pié de llegar a las instituciones, escuchando sus problemas y sus reivindicaciones, y haciendo de estas las suyas propias. Por una vez parecía que un grupo político no vivía de espaldas a la sociedad, sino que formaba parte de esta misma. El ámbito local ha sido nuestro gran bastión, pues es donde de forma más cercana se ve el trabajo del día a día, el interés por los problemas cotidianos y donde nuestros vecinos pueden comprobar que defendemos sus intereses. IU es y debe seguir siendo una fuerza dinámica, inquieta y trabajadora. No tenemos nada que perder y si mucho que ganar.

Sin embargo, a otros niveles institucionales, ese trabajo que se realiza en nuestros pueblos y ciudades no parece dar sus frutos. De alguna manera nuestros vecinos confían en nosotros en su ámbito más cercano, pero esa confianza flaquea cuando hablamos de representarles a niveles andaluz y estatal. Y cada vez más. Esto debería hacernos reflexionar.

El bipartidismo y la ley electoral puede ser esgrimido como causa. Quizás el boicot mediático. Pero no estaría de más que también se realizara un poco de autocrítica. Y cuando me refiero a autocrítica me refiero a una real, no basada en los reproches de lo pasado ni en el victimismo. IU es ahora lo que TODOS hemos querido que sea, ya fuera por acción o por omisión.

La elaboración colectiva del programa, la coherencia del discurso, la participación activa de las bases en las tomas de decisiones, la apertura social, la pluralidad, el debate, el respeto, las ideas por encima de los personalismos, las renovaciones de cargos,... todo ello es necesario, siempre y cuando se demuestre que es cierto. Los grandes discursos, si no vienen acompañados de actos, quedan carentes de sentido. Y dotar de sentido a nuestro discurso es tarea de TODOS.

Para el que llega de fuera y lleva poco tiempo aquí, a veces da la impresión que nuestra ocupación favorita es mirarnos el ombligo, cuando deberíamos estar trabajando en la calle. Pocas veces da la impresión que todos tengamos claro que esto no es un fin, sino un medio para cambiar la sociedad actual para mejor. No da la impresión que lo que importe sean las personas y las ideas que nos mueven. El barco se hunde, y en vez de tapar las vías y remar todos juntos en la misma dirección nos dedicamos a buscar culpables por el estado del barco. Si el barco finalmente se hunde dará igual de quien sea la culpa.

Pretendemos ilusionar a la gente con la idea de que otro mundo es posible. Que todos participen en la elaboración de un nuevo futuro. Pero si nosotros mismos no nos creemos el discurso y trabajamos por ello, si no somos capaces de ilusionarnos, ¿Cómo vamos a pretender que lo haga la sociedad? Si yo mismo, que apenas llevo aquí un año, me desilusiono con lo que veo día a día, yo, que he dado el paso a acercarme y formar parte de algo que creo que es importante y necesario, pienso que falta coherencia entre nuestro discurso y nuestros actos ¿Cómo podemos hacer creer a la sociedad que somos una alternativa de futuro para gobernar y mejorar la sociedad que nos rodea?

Como dije en un principio, quizás hable desde la inocencia o el desconocimiento de la realidad. Quizás las cosas nunca fueron como yo llegué a imaginarlas. Pero me niego a creer que nuestra utopía es irrealizable. Quizás no podamos conseguirla a un 100%, pero aunque solo logremos un 5% de ella será un gran paso. Quizás puedan decirme en el futuro que no lo conseguí, pero jamás que no lo intenté.

Aún así, hay una cosa que debemos tener clara. De la misma forma que somos responsables últimos de lo que hoy en día es IU, solo nosotros tenemos en nuestras manos nuestro futuro como organización. Y cualquier futuro positivo pasa por un ejercicio individual y colectivo de responsabilidad política e ideológica.

IU debe aspirar a ser una opción seria de gobierno, no solo en nuestros ayuntamientos, sino en Andalucía y en el estado español.

La situación en Andalucía es favorable a un cambio de izquierdas capitaneada por IU si nosotros sabemos aprovechar la oportunidad. El desgaste del PSOE y de Chaves al mando de la Junta es una evidencia. Las sucesivas victorias electorales socialistas vienen de la mano no solo de sus posibles méritos, sino de la incapacidad de la oposición de ofrecer una alternativa seria y real al actual gobierno. Con un electorado mayoritariamente de izquierdas, el PSOE ha resistido elección tras elección como alternativa a un posible gobierno de derechas. Ante esto, la sociedad andaluza lo ha contemplado como el mal menor. IU no ha sabido aprovechar esta oportunidad.

La necesidad de un discurso veraz, alternativo, de izquierdas, responsable y consecuente, representado por dirigentes coherentes, amables y con la capacidad didáctica que se le debe suponer para explicarlo a la sociedad, respaldado con el trabajo de las bases día a día y en la misma línea propuesta, y con el sólido apoyo de un programa bien elaborado y con aspiraciones de gobierno debería representarnos como una alternativa real a las políticas actuales. Hacer ver a la sociedad que la opción mayoritaria del voto no es el mal menor, sino un futuro ilusionante. En una sociedad andaluza donde la izquierda tiene tanto arraigo el bipartidismo debe ser luchado con todas nuestras fuerzas desde la unidad interna.

En Andalucía se da mejor que en ningún otro sitio la posibilidad de hacer una política transformadora. Si somos capaces de demostrar que hay otras posibilidades de hacer política y que la izquierda real no es lo que propone el PSOE, seremos capaces de calar en el colectivo. No olvidemos nunca que aunque nuestro enemigo político es el PP y la derecha, nuestro rival político es el PSOE. Debemos saber diferenciarnos de ellos, porque si no lo hacemos no seremos necesarios para esta sociedad. No hablamos de la famosa “pinza” que se esgrime cada vez que hacemos oposición. Es por ello de la capacidad didáctica que señalaba como necesidad a nuestros dirigentes. Hablamos de la necesidad de proponer alternativas reales, explicarlas, defenderlas, dejar claro que las alianzas de izquierdas no suponen cheques en blanco, sino la defensa de nuestros principios e ideales, y nuestro legítimo derecho a trabajar por llegar a convertirlas en realidad. Saber decir que no, pero esgrimiendo nuestra alternativa. Defender nuestros logros como propios y luchar para que ningún otro grupo político se apodere de ellos.

Nuestro futuro en Madrid vendrá respaldado por nuestra capacidad en Andalucía. Si somos capaces de demostrar que somos capaces de gobernar aquí existe la posibilidad de que en otros lugares también consideren en serio nuestra opción como factible.

Samuel Domínguez Domingo

sábado, 10 de mayo de 2008

IU EN LA ENCRUCIJADA,¿QUÉ CAMINO SEGUIR? (Juan A Criado, asamblea de Barbate-Cádiz)


IU en la encrucijada, ¿qué camino seguir?

La palabra encrucijada viene a coincidir con el término francés carrefour, que significa cruce de caminos. IU se encuentra actualmente en una situación donde debe decidir que camino seguir. Para algunos la cuestión de quién tiene que decidir y cómo se tiene que decidir es tan importante o más que la dirección que se pueda tomar. Quisiera con estas líneas defender el papel de las asambleas de base en cualquier proceso de toma de decisiones. Sirva como introducción el siguiente texto sobre teoría organizativa en educación y desde mi punto de vista extrapolable a cualquier otra organización.
“Las decisiones internas de la escuela deben tomarlas quienes están directamente afectados por las mismas; las decisiones solamente deben tomarse después de una discusión exhaustiva y libre, y todos los que participan en la toma de decisiones deben aceptarlas. En otras palabras, las personas tienen derecho a participar en la toma de decisiones que les afectan directamente; esta participación significa mucho más que “el derecho a” o “el deber de” la consulta. (Richard Bates y Otros, Teoría crítica de la administración educativa, pág. 179).
Después de leer los distintos artículos y escritos publicados en este blog quiero hacer llegar mi pequeña reflexión en torno a la situación de la izquierda, en estos momentos… Mi datos y reflexiones se basan en lo leído y conocido de lo ya reflexionado por otras personas o colectivos, a mis mínimos conocimientos sobre organizaciones educativas (y por tanto extrapolable en buena parte a lo que debe ser un grupo político, no una maquina de votos sino una herramienta para desarrollar conciencia colectiva) y como no, a mi propia experiencia vivida durante 14 años en la Asamblea de Barbate.
Interesante me parecen los artículos comunicados o manifiestos leídos. Desde el más puro manifiesto político como el del PSUC Viu, al serio y riguroso de Julio Anguita, pasando por el desenfadado y audaz artículo de Kechu Aramburu salpicado de ironía. Siendo todos distintos no es menos cierto que en todos hay una serie de elementos comunes, que como categorías paso a exponer los distintos planteamientos:
Parece ser que hay un punto de partida. Aunque algunos omiten este punto para centrarse en un análisis de la situación en relación a los últimos años, podemos decir que la mayoría de los artículos entienden que el problema de IU nace desde la propia transición: cómo se hizo y que se dejó en el camino. Tanto Juan Ramón Capella, como José Cabrero son partidarios de esta tesis; pero habría que preguntarse si se podría haber hecho de otra forma.
Julio Anguita considera que este punto de declive empieza con la desaparición de la URRS y la transformación de los sindicatos de clase en sindicatos de servicios. Con respecto al primer punto no le falta razón a Julio Anguita cuando hace este apunte, teniendo en cuenta, sobre todo, lo que ha sucedido no sólo en España sino en otros países donde los partidos comunistas tuvieron una gran presencia social e institucional. Es el caso de Italia. Ilustrativo resulta el artículo de Alberto Hidalgo Hermoso en “El ocaso de la izquierda italiana” al que podemos acceder en la revista digital Rebelión donde se analiza este hecho y la necesidad de replantearse nuevas ideas y acciones. Pero yendo a lo que nos interesa si analizamos esta idea podemos comprobar como, también, se desmonta la de aquellos que entienden el retroceso electoral de IU como fruto tan solo de una determinada estrategia política seguida por la dirección federal. Sólo recordar que en Italia la coalición Izquierda Arco iris en la que se volvían a unir los grupos políticos que se reclaman herederos del PCI, más Los Verdes y otros grupos socialistas (todos bajo un mismo logo, con una campaña en positivo) no obtienen representación, y para algunos reciben las consecuencias del cada vez más afianzado bipartidismo en Europa.
En cuánto a los sindicatos al menos habría que preguntarse si estos sindicatos no hubieran hecho esto ¿No lo habrían hecho otros? ¿No se hubieran creado sindicatos de…?. ¿La perdida de ideología o cambio de valores político social es fruto de esta acción? o por el contrario esta acción es fruto del cambio de mentalidades: Burocracia y burócratas los hay en todas partes, miremos dentro de IU y podremos asombrarnos de cuantos se mantienen en los puestos de dirección, y para ello cambian los lugares y elecciones a las que concurren, viviendo de los ingresos que nos proporcionan nuestra representación institucional.
La segunda categoría trata sobre la percepción del momento actual de IU. Parece proclamarse en todos los artículos que los últimos resultados electorales evidencian una gran crisis, pero ¿La crisis es por los resultados o los resultados son por la crisis?, ésta sería otra pregunta a debatir.
Es cierto que el termómetro electoral sirvió para dar fe de la gravedad de la situación al perder un gran apoyo; pero no menos cierto es que la crisis estaba servida y las infidelidades dentro de la organización eran evidentes. Cada cual movía las piezas del tablero en función de los intereses de cada grupo sin percibir que la partida estaba fuera (Poco antes de la campaña se eliminan de un plumazo a varios miembros de la dirección federal, por otra parte en plena campaña la pagina web del PCE no habla nada de las elecciones generales, no pide el voto, no aparece ningún dato que muestre un mínimo interés por las mismas,…).
Evidentemente, en el análisis de los problemas actuales hay quienes otorgan todos los problemas de IU a la dirección actual. Así, desde el PSUC Viu (partido que creo ha podido seguir funcionando y por lo tanto no debe de achacar su escasa representación a la estrategia general de IU, pues si ellos están en lo cierto por qué no crecen hacia el exterior) se enumeran una serie de cuestiones como:
  • La mutación de IU
  • Sumisión PSOE
  • Vinculación con la gestión
  • Crisis ideológica
  • Comportamientos antidemocráticos,
Este análisis que es lícito pero quizás responde a la visión del problema desde una sola perspectiva. Se olvidan (quienes lo hacen) por ejemplo de los pactos que IU hace con el PSOE en distintos lugares, independientemente de que la sensibilidad de IU tome la decisión, (por ejemplo en el congreso los unos, en Sevilla Capital los otros, en la Diputación de Cádiz los demás, etc).
La vinculación con la gestión que puede ser otro problema (se enumera en varios artículos) también puede ser analizado como una tónica general de IU independientemente de quien tome la decisión. Así y a pesar de estar en gobiernos distintos como en comunidades autónomas (en el País Vasco, Cataluña), Diputaciones, Ayuntamientos, etc la gestión se entiende mas como una labor puramente burocrática y no como un ejercicio colectivo de toma de decisiones. Y ésto puede ser tan grave que para algunas personas, tal y como refleja el comunicado de los afiliados de Granada, se ha logrado convertir a IU en un entramado burocrático, centrado en la presencia institucional casi residual, a excepción local, por trabajo de asambleas locales.
Con respecto a los comportamientos antidemocráticos es obvio que es una expresión recurrente, pero no debemos olvidar que en estos años se ha realizado por primera vez la elección del candidato a través de primarias (algo que otros partidos piden ahora en su seno para dar muestra de democracia interna). El uso de los conceptos mayoría minoría dentro de IU hizo tanto daño que al acallar las minorías se acallaba la pluralidad, tal y como sucede fuera de IU.
No cabe duda que el funcionamiento en los distintos niveles de IU no ha sido el que unos u otros esperaban, hasta llegar a lo que el propio Julio Anguita define, no sólo, como la pérdida de votos sino la degradación de la vida política, orgánica e incluso de relaciones personales en el seno de la organización. Rompiendo lo que para Luis García Montero es fundamental en una fuerza de izquierdas “sentirse acompañado”.
Estos comportamientos, se hacen más complejos en una organización que lanza a los cuatro vientos que somos una cosa distinta al resto de partidos, que en ella las personas cuentan porque son el centro de la acción política, y por tanto sus opiniones se convierten en decisiones colectivas. Así, en IU, es difícil definir a quien corresponde en cada caso tomar las decisiones, pero lo peor es no tener en cuenta como deben ser tomadas; apareciendo comportamientos centralistas en la toma de dichas decisiones que no tienen en cuenta los acuerdos de las asambleas de base. José Cabrero nos expone su experiencia en la provincia de Jaén, donde según él IU es cada vez menos plural y queda menos gente, entiende que no se respetan decisiones de asambleas, lo que ha dado lugar a una verdadera ruptura en la provincia de Jaén.
Y aquí surge el conflicto irresuelto de IU de la soberanía en la toma de decisión, lo que para Anguita se puede traducir en la creación de múltiples reinos de taifas, o cantones de la Primera República si se me permite, no es nada más (a mi modesto entender) que el resultado de tomar de decisiones impuestas por niveles superiores a las bases. Esto, en otros partidos al uso posiblemente no sea un problema pues se suele practicar la política de barones. Sin embargo, cuando esto sucede en una organización que se define distinta y por ello llega una persona o grupo libremente con un compromiso real para transformar la sociedad (sin aspiración de hacer carrera política pues buscaría partidos al uso) termina sintiéndose defraudada. Posiblemente estas personas sólo esperan que en las decisiones que les afectan se le tenga en cuenta y no se actúe por quienes detectan los cargos de representación y organización desde una óptica vertical de poder.
Habría que añadir a todo lo dicho los interminables problemas internos que desencadenan estos comportamientos. La pérdida de representatividad y de conexión con la sociedad puede dar lugar a la paradoja de que un movimiento político social se convierta en un partido de cuadros, donde la gente hace carrera política. Para ello se entablan toda clase de alianzas para que esos que pelean por proyectos distintos tengan garantizada su presencia en los altos niveles de toma de decisiones sin tener en cuenta que muchos de ellos, en las asambleas de base, fueron incapaces de lograr un mínimo apoyo. Por ello, sólo los que son apoyados por las bases deberían de estar en otros niveles de toma de decisiones. ¿Si en tu asamblea no te quieren a quién representas? La respuesta es fácil: al que te ha puesto en ese lugar. Acertados nos parecen los comentarios de Juan Ramón Capella cuando cita a Gramsci al recodar aquello de “capitanes sin ejercito, ejércitos sin capitanes”.
Como vemos la situación actual de IU se analiza, en muchos casos, desde la óptica de diversos factores que han incidido de manera negativa en el proyecto de IU. Como se afirma en el comunicado de Valladolid en esta explicación se pueden estar sobredimensionando factores como condicionantes externos (ley electoral y bipartidismo) cuando en verdad lo que se puede abstraer de los resultados es una clara tendencia de cambio de la composición del electorado, como describe Kechu Aramburu. Todo ello favorecido por la hegemonía cultural, las dificultades para acceder a los medios de comunicación, y la ausencia de movilización de la izquierda.
Pero ¿por qué hasta ahora no se da esta situación en los resultados municipales donde IU no sólo mantiene unos porcentajes aceptables de respaldo electoral sino que es capaz de consolidarse como una fuerza política? Creo que la respuesta está no en el ámbito de la ideas ni del pensamiento político sino de las propias personas. Los mayores baluartes de IU son desde mi punto de vista los afiliados y afiliadas de base que son capaces de conectar con los problemas de sus vecinos y vecinas y por ello recibir el apoyo y la confianza de un importante sector de la población. Lo importante son las personas, los votos llegarán con el trabajo.
Las dos últimas categorías son algo mas positivas. Nos podemos plantear si todo esto tiene solución. El diagnóstico puede tener distintos puntos de vista que si son coincidentes requieren de la habilidad para encintar los puntos que unen y no los que desunen. Por otra parte, la solución también puede ser diversa, desde quienes creen que todo debe basarse en un relevo de las estructuras actuales de IU, pasando por la refundación que propone el propio Anguita, hasta la creación de algo nuevo como aporta Juan Ramón Capella. Es evidente que algo se tendrá que hacer, pero más evidente es que si lo que se hace es volver a dar las mismas soluciones a los problemas de siempre nunca se solucionará nada. IU requiere en primer lugar contar realmente con las bases como piden desde Granada, Jaén, Valladolid y como muchos más en nuestro pequeño y cercano ámbito hemos defendido. Por ello, el carácter asambleario no debe ser sólo una etiqueta sino una práctica política entendida como toma de decisiones democrática. Sirva este texto para ilustrar nuestra postura:
“la democracia es más que una forma de gobierno es en su esencia una forma de vida asociada, de comunicación común de experiencias… esta idea la que a menudo da origen a las llamadas prácticas democráticas, tales como la discusión, la consulta y las prácticas de representatividad que, para muchos parecen haberse convertido en los elementos definitorios de la democracia participativa”. Decidir las cosas mediante discusión requiere, como principios morales en los que apoyarse, sinceridad, respeto por la personas y considerar los intereses de forma imparcial” (Richard Bates y Otros, Teoría crítica de la administración educativa, pág. 137).
La última categoría es la que hace referencia a los contenidos sobre los que debe girar el trabajo de IU, o mejor decir, qué elementos deben ser el ideario del discurso político de la izquierda Alternativa. Nos encontramos una serie de propuestas al uso, aquellas que hablan de conceptos como anticapitalismo, republicanismo, etc, completados con la defensa de las conquistas sociales, el trabajo en los intereses de los trabajadores (desempleo, precarización), en ocasiones los postulados se unen a otros mas concretos y propios de las sociedades modernas occidentales y sus propias contradicciones, así Juan Ramón Capella nos habla del Dumping social, los trabajadores inmigrantes y su incorporación a la lucha, la desobediencia civil en todo aquellos que suponga crear diferencias e injusticias, los monopolios privados culturales sobre todo en el ámbito de los medios de comunicación, el cambio climático, etc.
Una fuerza de izquierda no puede ni debe renunciar a sus señas de identidad, pero cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿Debe ser su programa electoral su ideario político? ¿No se deberían adaptar los programas a las necesidades concretas en cada cita electoral sin renunciar a los ideales que son los que deben mover a la gente afiliada? Desde mi punto de vista estos últimos asuntos son los que deben llenar la agenda de trabajo de una fuerza política. No podemos salir en plena campaña electoral solo 5 minutos en la tele y emplear tres en hablar de temas lejanos a la ciudadanía, mientras los lideres del PP y PSOE hablan de hipotecas, salarios, empleo,…
Debemos evitar no vivir en la contradicción de mostrarse antisistema, pero vivir en el sistema y además valorándonos con los indicadores del propio sistema. De esta forma es fácil que en IU se caiga en el error de potenciar los votos y no el trabajo que se hace o la base social que hay en cada lugar. Pero aún se llega más allá y así se valora los cargos más que los votos. En IU ha sido frecuente estimar tan solo la presencia en las instituciones; hasta tal extremo que se da más importancia a la presencia, aunque sea mínima, en un equipo de gobierno que saca sólo un 5 % de votos, y se ignora a quienes durante 12 años son capaces de mantenerse con cerca de un 25% de los votos en las elecciones municipales fruto del trabajo colectivo de una asamblea.
En IU Barbate durante 13 años se ha funcionado sin luchas por el poder, tomando las decisiones de forma colectiva todos los lunes en consejos locales abiertos (haciendo partícipes a todos y en cada uno de las decisiones), mostrando nuestra opinión en los órganos provinciales de forma representativa (quien asistía lo hacia en representación de Barbate), ello evitó injerencias de fuera, los conflictos internos eran afrontados a nivel interno, quienes asistían a una asamblea provincial, andaluza o federal lo hacían llevando el sentir de las bases de Barbate, el trabajo era compartido por todos y todas, la calle fue parte de nuestra seña de identidad (más de 10 movilizaciones convocadas en solitario por IU o con otros grupos y plataformas, movilizaciones sobre los asuntos que preocupaban a la ciudadanía y sobre los que previamente a la movilización se hacia una campaña informativa: educación, sanidad, campo de tiro, subida impuestos, etc). Se afrontó la lucha contra la supremacía cultural contando con un boletín informativo casi uno mensual, con el uso de la TV local (aunque pagando una cuota para salir en pantalla), abriéndonos al pueblo en actividades culturales y lúdicas, etc,… pero sobre todo con unas bases enraizadas en la calle creando opinión en los lugares de trabajo, no entrando en la provocación sino todo lo contrario intentando concienciar día a día al vecino, al amigo, etc para que enfocar la solución de sus problemas desde una óptica de izquierdas. Ahora hay que empezar.