sábado, 10 de mayo de 2008

IU EN LA ENCRUCIJADA,¿QUÉ CAMINO SEGUIR? (Juan A Criado, asamblea de Barbate-Cádiz)


IU en la encrucijada, ¿qué camino seguir?

La palabra encrucijada viene a coincidir con el término francés carrefour, que significa cruce de caminos. IU se encuentra actualmente en una situación donde debe decidir que camino seguir. Para algunos la cuestión de quién tiene que decidir y cómo se tiene que decidir es tan importante o más que la dirección que se pueda tomar. Quisiera con estas líneas defender el papel de las asambleas de base en cualquier proceso de toma de decisiones. Sirva como introducción el siguiente texto sobre teoría organizativa en educación y desde mi punto de vista extrapolable a cualquier otra organización.
“Las decisiones internas de la escuela deben tomarlas quienes están directamente afectados por las mismas; las decisiones solamente deben tomarse después de una discusión exhaustiva y libre, y todos los que participan en la toma de decisiones deben aceptarlas. En otras palabras, las personas tienen derecho a participar en la toma de decisiones que les afectan directamente; esta participación significa mucho más que “el derecho a” o “el deber de” la consulta. (Richard Bates y Otros, Teoría crítica de la administración educativa, pág. 179).
Después de leer los distintos artículos y escritos publicados en este blog quiero hacer llegar mi pequeña reflexión en torno a la situación de la izquierda, en estos momentos… Mi datos y reflexiones se basan en lo leído y conocido de lo ya reflexionado por otras personas o colectivos, a mis mínimos conocimientos sobre organizaciones educativas (y por tanto extrapolable en buena parte a lo que debe ser un grupo político, no una maquina de votos sino una herramienta para desarrollar conciencia colectiva) y como no, a mi propia experiencia vivida durante 14 años en la Asamblea de Barbate.
Interesante me parecen los artículos comunicados o manifiestos leídos. Desde el más puro manifiesto político como el del PSUC Viu, al serio y riguroso de Julio Anguita, pasando por el desenfadado y audaz artículo de Kechu Aramburu salpicado de ironía. Siendo todos distintos no es menos cierto que en todos hay una serie de elementos comunes, que como categorías paso a exponer los distintos planteamientos:
Parece ser que hay un punto de partida. Aunque algunos omiten este punto para centrarse en un análisis de la situación en relación a los últimos años, podemos decir que la mayoría de los artículos entienden que el problema de IU nace desde la propia transición: cómo se hizo y que se dejó en el camino. Tanto Juan Ramón Capella, como José Cabrero son partidarios de esta tesis; pero habría que preguntarse si se podría haber hecho de otra forma.
Julio Anguita considera que este punto de declive empieza con la desaparición de la URRS y la transformación de los sindicatos de clase en sindicatos de servicios. Con respecto al primer punto no le falta razón a Julio Anguita cuando hace este apunte, teniendo en cuenta, sobre todo, lo que ha sucedido no sólo en España sino en otros países donde los partidos comunistas tuvieron una gran presencia social e institucional. Es el caso de Italia. Ilustrativo resulta el artículo de Alberto Hidalgo Hermoso en “El ocaso de la izquierda italiana” al que podemos acceder en la revista digital Rebelión donde se analiza este hecho y la necesidad de replantearse nuevas ideas y acciones. Pero yendo a lo que nos interesa si analizamos esta idea podemos comprobar como, también, se desmonta la de aquellos que entienden el retroceso electoral de IU como fruto tan solo de una determinada estrategia política seguida por la dirección federal. Sólo recordar que en Italia la coalición Izquierda Arco iris en la que se volvían a unir los grupos políticos que se reclaman herederos del PCI, más Los Verdes y otros grupos socialistas (todos bajo un mismo logo, con una campaña en positivo) no obtienen representación, y para algunos reciben las consecuencias del cada vez más afianzado bipartidismo en Europa.
En cuánto a los sindicatos al menos habría que preguntarse si estos sindicatos no hubieran hecho esto ¿No lo habrían hecho otros? ¿No se hubieran creado sindicatos de…?. ¿La perdida de ideología o cambio de valores político social es fruto de esta acción? o por el contrario esta acción es fruto del cambio de mentalidades: Burocracia y burócratas los hay en todas partes, miremos dentro de IU y podremos asombrarnos de cuantos se mantienen en los puestos de dirección, y para ello cambian los lugares y elecciones a las que concurren, viviendo de los ingresos que nos proporcionan nuestra representación institucional.
La segunda categoría trata sobre la percepción del momento actual de IU. Parece proclamarse en todos los artículos que los últimos resultados electorales evidencian una gran crisis, pero ¿La crisis es por los resultados o los resultados son por la crisis?, ésta sería otra pregunta a debatir.
Es cierto que el termómetro electoral sirvió para dar fe de la gravedad de la situación al perder un gran apoyo; pero no menos cierto es que la crisis estaba servida y las infidelidades dentro de la organización eran evidentes. Cada cual movía las piezas del tablero en función de los intereses de cada grupo sin percibir que la partida estaba fuera (Poco antes de la campaña se eliminan de un plumazo a varios miembros de la dirección federal, por otra parte en plena campaña la pagina web del PCE no habla nada de las elecciones generales, no pide el voto, no aparece ningún dato que muestre un mínimo interés por las mismas,…).
Evidentemente, en el análisis de los problemas actuales hay quienes otorgan todos los problemas de IU a la dirección actual. Así, desde el PSUC Viu (partido que creo ha podido seguir funcionando y por lo tanto no debe de achacar su escasa representación a la estrategia general de IU, pues si ellos están en lo cierto por qué no crecen hacia el exterior) se enumeran una serie de cuestiones como:
  • La mutación de IU
  • Sumisión PSOE
  • Vinculación con la gestión
  • Crisis ideológica
  • Comportamientos antidemocráticos,
Este análisis que es lícito pero quizás responde a la visión del problema desde una sola perspectiva. Se olvidan (quienes lo hacen) por ejemplo de los pactos que IU hace con el PSOE en distintos lugares, independientemente de que la sensibilidad de IU tome la decisión, (por ejemplo en el congreso los unos, en Sevilla Capital los otros, en la Diputación de Cádiz los demás, etc).
La vinculación con la gestión que puede ser otro problema (se enumera en varios artículos) también puede ser analizado como una tónica general de IU independientemente de quien tome la decisión. Así y a pesar de estar en gobiernos distintos como en comunidades autónomas (en el País Vasco, Cataluña), Diputaciones, Ayuntamientos, etc la gestión se entiende mas como una labor puramente burocrática y no como un ejercicio colectivo de toma de decisiones. Y ésto puede ser tan grave que para algunas personas, tal y como refleja el comunicado de los afiliados de Granada, se ha logrado convertir a IU en un entramado burocrático, centrado en la presencia institucional casi residual, a excepción local, por trabajo de asambleas locales.
Con respecto a los comportamientos antidemocráticos es obvio que es una expresión recurrente, pero no debemos olvidar que en estos años se ha realizado por primera vez la elección del candidato a través de primarias (algo que otros partidos piden ahora en su seno para dar muestra de democracia interna). El uso de los conceptos mayoría minoría dentro de IU hizo tanto daño que al acallar las minorías se acallaba la pluralidad, tal y como sucede fuera de IU.
No cabe duda que el funcionamiento en los distintos niveles de IU no ha sido el que unos u otros esperaban, hasta llegar a lo que el propio Julio Anguita define, no sólo, como la pérdida de votos sino la degradación de la vida política, orgánica e incluso de relaciones personales en el seno de la organización. Rompiendo lo que para Luis García Montero es fundamental en una fuerza de izquierdas “sentirse acompañado”.
Estos comportamientos, se hacen más complejos en una organización que lanza a los cuatro vientos que somos una cosa distinta al resto de partidos, que en ella las personas cuentan porque son el centro de la acción política, y por tanto sus opiniones se convierten en decisiones colectivas. Así, en IU, es difícil definir a quien corresponde en cada caso tomar las decisiones, pero lo peor es no tener en cuenta como deben ser tomadas; apareciendo comportamientos centralistas en la toma de dichas decisiones que no tienen en cuenta los acuerdos de las asambleas de base. José Cabrero nos expone su experiencia en la provincia de Jaén, donde según él IU es cada vez menos plural y queda menos gente, entiende que no se respetan decisiones de asambleas, lo que ha dado lugar a una verdadera ruptura en la provincia de Jaén.
Y aquí surge el conflicto irresuelto de IU de la soberanía en la toma de decisión, lo que para Anguita se puede traducir en la creación de múltiples reinos de taifas, o cantones de la Primera República si se me permite, no es nada más (a mi modesto entender) que el resultado de tomar de decisiones impuestas por niveles superiores a las bases. Esto, en otros partidos al uso posiblemente no sea un problema pues se suele practicar la política de barones. Sin embargo, cuando esto sucede en una organización que se define distinta y por ello llega una persona o grupo libremente con un compromiso real para transformar la sociedad (sin aspiración de hacer carrera política pues buscaría partidos al uso) termina sintiéndose defraudada. Posiblemente estas personas sólo esperan que en las decisiones que les afectan se le tenga en cuenta y no se actúe por quienes detectan los cargos de representación y organización desde una óptica vertical de poder.
Habría que añadir a todo lo dicho los interminables problemas internos que desencadenan estos comportamientos. La pérdida de representatividad y de conexión con la sociedad puede dar lugar a la paradoja de que un movimiento político social se convierta en un partido de cuadros, donde la gente hace carrera política. Para ello se entablan toda clase de alianzas para que esos que pelean por proyectos distintos tengan garantizada su presencia en los altos niveles de toma de decisiones sin tener en cuenta que muchos de ellos, en las asambleas de base, fueron incapaces de lograr un mínimo apoyo. Por ello, sólo los que son apoyados por las bases deberían de estar en otros niveles de toma de decisiones. ¿Si en tu asamblea no te quieren a quién representas? La respuesta es fácil: al que te ha puesto en ese lugar. Acertados nos parecen los comentarios de Juan Ramón Capella cuando cita a Gramsci al recodar aquello de “capitanes sin ejercito, ejércitos sin capitanes”.
Como vemos la situación actual de IU se analiza, en muchos casos, desde la óptica de diversos factores que han incidido de manera negativa en el proyecto de IU. Como se afirma en el comunicado de Valladolid en esta explicación se pueden estar sobredimensionando factores como condicionantes externos (ley electoral y bipartidismo) cuando en verdad lo que se puede abstraer de los resultados es una clara tendencia de cambio de la composición del electorado, como describe Kechu Aramburu. Todo ello favorecido por la hegemonía cultural, las dificultades para acceder a los medios de comunicación, y la ausencia de movilización de la izquierda.
Pero ¿por qué hasta ahora no se da esta situación en los resultados municipales donde IU no sólo mantiene unos porcentajes aceptables de respaldo electoral sino que es capaz de consolidarse como una fuerza política? Creo que la respuesta está no en el ámbito de la ideas ni del pensamiento político sino de las propias personas. Los mayores baluartes de IU son desde mi punto de vista los afiliados y afiliadas de base que son capaces de conectar con los problemas de sus vecinos y vecinas y por ello recibir el apoyo y la confianza de un importante sector de la población. Lo importante son las personas, los votos llegarán con el trabajo.
Las dos últimas categorías son algo mas positivas. Nos podemos plantear si todo esto tiene solución. El diagnóstico puede tener distintos puntos de vista que si son coincidentes requieren de la habilidad para encintar los puntos que unen y no los que desunen. Por otra parte, la solución también puede ser diversa, desde quienes creen que todo debe basarse en un relevo de las estructuras actuales de IU, pasando por la refundación que propone el propio Anguita, hasta la creación de algo nuevo como aporta Juan Ramón Capella. Es evidente que algo se tendrá que hacer, pero más evidente es que si lo que se hace es volver a dar las mismas soluciones a los problemas de siempre nunca se solucionará nada. IU requiere en primer lugar contar realmente con las bases como piden desde Granada, Jaén, Valladolid y como muchos más en nuestro pequeño y cercano ámbito hemos defendido. Por ello, el carácter asambleario no debe ser sólo una etiqueta sino una práctica política entendida como toma de decisiones democrática. Sirva este texto para ilustrar nuestra postura:
“la democracia es más que una forma de gobierno es en su esencia una forma de vida asociada, de comunicación común de experiencias… esta idea la que a menudo da origen a las llamadas prácticas democráticas, tales como la discusión, la consulta y las prácticas de representatividad que, para muchos parecen haberse convertido en los elementos definitorios de la democracia participativa”. Decidir las cosas mediante discusión requiere, como principios morales en los que apoyarse, sinceridad, respeto por la personas y considerar los intereses de forma imparcial” (Richard Bates y Otros, Teoría crítica de la administración educativa, pág. 137).
La última categoría es la que hace referencia a los contenidos sobre los que debe girar el trabajo de IU, o mejor decir, qué elementos deben ser el ideario del discurso político de la izquierda Alternativa. Nos encontramos una serie de propuestas al uso, aquellas que hablan de conceptos como anticapitalismo, republicanismo, etc, completados con la defensa de las conquistas sociales, el trabajo en los intereses de los trabajadores (desempleo, precarización), en ocasiones los postulados se unen a otros mas concretos y propios de las sociedades modernas occidentales y sus propias contradicciones, así Juan Ramón Capella nos habla del Dumping social, los trabajadores inmigrantes y su incorporación a la lucha, la desobediencia civil en todo aquellos que suponga crear diferencias e injusticias, los monopolios privados culturales sobre todo en el ámbito de los medios de comunicación, el cambio climático, etc.
Una fuerza de izquierda no puede ni debe renunciar a sus señas de identidad, pero cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿Debe ser su programa electoral su ideario político? ¿No se deberían adaptar los programas a las necesidades concretas en cada cita electoral sin renunciar a los ideales que son los que deben mover a la gente afiliada? Desde mi punto de vista estos últimos asuntos son los que deben llenar la agenda de trabajo de una fuerza política. No podemos salir en plena campaña electoral solo 5 minutos en la tele y emplear tres en hablar de temas lejanos a la ciudadanía, mientras los lideres del PP y PSOE hablan de hipotecas, salarios, empleo,…
Debemos evitar no vivir en la contradicción de mostrarse antisistema, pero vivir en el sistema y además valorándonos con los indicadores del propio sistema. De esta forma es fácil que en IU se caiga en el error de potenciar los votos y no el trabajo que se hace o la base social que hay en cada lugar. Pero aún se llega más allá y así se valora los cargos más que los votos. En IU ha sido frecuente estimar tan solo la presencia en las instituciones; hasta tal extremo que se da más importancia a la presencia, aunque sea mínima, en un equipo de gobierno que saca sólo un 5 % de votos, y se ignora a quienes durante 12 años son capaces de mantenerse con cerca de un 25% de los votos en las elecciones municipales fruto del trabajo colectivo de una asamblea.
En IU Barbate durante 13 años se ha funcionado sin luchas por el poder, tomando las decisiones de forma colectiva todos los lunes en consejos locales abiertos (haciendo partícipes a todos y en cada uno de las decisiones), mostrando nuestra opinión en los órganos provinciales de forma representativa (quien asistía lo hacia en representación de Barbate), ello evitó injerencias de fuera, los conflictos internos eran afrontados a nivel interno, quienes asistían a una asamblea provincial, andaluza o federal lo hacían llevando el sentir de las bases de Barbate, el trabajo era compartido por todos y todas, la calle fue parte de nuestra seña de identidad (más de 10 movilizaciones convocadas en solitario por IU o con otros grupos y plataformas, movilizaciones sobre los asuntos que preocupaban a la ciudadanía y sobre los que previamente a la movilización se hacia una campaña informativa: educación, sanidad, campo de tiro, subida impuestos, etc). Se afrontó la lucha contra la supremacía cultural contando con un boletín informativo casi uno mensual, con el uso de la TV local (aunque pagando una cuota para salir en pantalla), abriéndonos al pueblo en actividades culturales y lúdicas, etc,… pero sobre todo con unas bases enraizadas en la calle creando opinión en los lugares de trabajo, no entrando en la provocación sino todo lo contrario intentando concienciar día a día al vecino, al amigo, etc para que enfocar la solución de sus problemas desde una óptica de izquierdas. Ahora hay que empezar.

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