domingo, 27 de abril de 2008

LA IZQUIERDA UNITARIA DE 2020


La izquierda unitaria de 2020
...Año 2020, elecciones generales: IU ha obtenido tres millones de votos y casi cuarenta diputados. Han pasado 12 años...


En las elecciones generales de 1982 el PCE pasó de los 1.938.487 votos de 1979 a 846.000, casi un 4% del electorado, y cuatro diputados... Hubieron de pasar más de 12 años, en 1996, para llegar a 21 diputados con 2.693.774 votos, un 10.54%... ¿Qué pasó, por qué, y qué hicimos para superar aquella situación?

En las elecciones generales de 2008 hemos tocado fondo, con 963.000 votos, casi un 4% y uno o dos diputados, según se interprete... ¿Qué ha pasado, por qué, y qué vamos a hacer pensando en el futuro?

Para llegar al desastre de 1982, tuvimos antes que cometer muchos errores estratégicos y tácticos. Los pactos de la transición, los pactos de la Moncloa y los pactos de las municipales de 1979 con el PSOE, son hechos más que evidentes que vienen a demostrar, para bien o para mal, nuestro “perfil pactante” de entonces. Los conflictos internos con las expulsiones de los renovadores y las escisiones de éstos y “prosoviéticos” ya nos hablaban de los problemas internos. El intento de golpe del 23F un año antes, y, por supuesto, la ley electoral, el bipartidismo imperfecto, los medios de comunicación y los escasos recursos para las campañas, fueron, junto a las demás, razones suficientes para explicar la debacle de 1982.

Pasaron dos años y ya en Andalucía, en 1984, el PCA formuló una política de alianzas amplias, “Convocatoria por Andalucía”, para propiciar un ámbito de encuentro alternativo de personas y colectivos de izquierdas, basado en la participación y en la elaboración colectiva como métodos de trabajo y en la construcción de una alternativa de gobierno, de estado y de sociedad como objetivos. En 1986, al calor de la plataforma anti-OTAN, inmersos en la movilización social por la paz y el desarme, nació Izquierda Unida, que pudo resistir la dura travesía del desierto durante varios años para volver a situar a la izquierda transformadora como tercera fuerza política del estado español.

Hemos de tener la convicción, tras los últimos desastres electorales, que nos queda un largo camino por andar en otra auténtica travesía del desierto. Por eso se hacen necesarias tres formulaciones claras, como paso previo para iniciar una nueva etapa:

La primera es que hemos agotado una fase. Que no valen reconstrucciones o reformas del edificio político que ha quedado en ruinas. Y que, en consecuencia, siendo la responsabilidad colectiva y el fracaso generalizado, la acción que inicia esta nueva fase ha de afectar a toda la organización por igual. Eso significa la aplicación de un modelo de comisiones plurales, paritarias y consensuadas para dirigir el proceso asambleario de los próximos meses. No vale en unos ámbitos mantener las direcciones existentes como directoras del proceso participativo, y en otros exigir gestoras o comisiones que lo dirijan. Los censos, los métodos y los objetivos han de ser coherentes entre sí en toda la organización. La responsabilidad ha de ser compartida.

La segunda es que iniciamos una nueva fase. Eso significa que abrimos un proceso constituyente real y, por tanto, las conclusiones o alternativas han de estar sujetas a la libre y democrática decisión de las personas que integran y apoyan IU. No valen pues, predeterminaciones, ideas o resultados preconcebidos, ni veladas amenazas de vinculaciones o desvinculaciones según qué decisiones puedan tomarse. No vale un proceso tutelado interesadamente por direcciones o poderes internos. No valen pactos de baronías, acuerdos por arriba entre dirigentes de federaciones para conducir el proceso. Han de facilitarse todos los mecanismos de participación y de libre expresión de las ideas y propuestas, haciéndolas circular y llegar a toda la organización... Para ello, está claro que una fase de debate en profundidad requiere más tiempo que el plazo de julio anunciado como fecha de la IX Asamblea. Diríamos entonces que la “primera fase” tendría como objetivo marcar las comisiones plurales y paritarias, dotar de direcciones colectivas a la organización y definir objetivos, documentos, y calendarios de la “fase constituyente”.

La tercera formulación ha de concebirse desde la convicción autocrítica de que es necesario un cambio en la organización en todos sus aspectos. Un cambio organizativo que permita la renovación de todas las direcciones existentes y que introduzca nuevos métodos de trabajo favoreciendo la democracia directa interna sin limitaciones de ningún tipo, abriendo paso a la elaboración colectiva en esta etapa que requiere nuevas tareas, técnicas y procedimientos nuevos. Cambios en los contenidos programáticos, en las propuestas alternativas, marcando más la identidad y los perfiles propios de la izquierda transformadora. Cambios en las políticas de alianzas, alejándonos del ámbito institucional como el epicentro de las mismas, y del PSOE como instrumento político para concretarlas; construyéndolas prioritariamente en el ámbito de lo social y de la movilización.

Partiendo de estas premisas, y siendo conscientes de que “estamos en la calle”, -es decir, claramente, nos han echado a la calle-, nuestra política, ahora, por fin, ha de centrarse necesariamente en la calle. Esto nos lleva a la conclusión de que es en la calle donde están nuestros aliados y nuestras alternativas, es en la sociedad civil desorganizada –lo de organizada es un decir-, junto a los raquíticos pero coherentes movimientos sociales de izquierda, donde debemos hacer nuestra “acampada al aire libre”. Y la convocatoria que debemos hacer, exenta de esa conocida prepotencia que emanan quienes han vivido de y por los aparatos de poder interno, ha de estar revestida, por el contrario, de la capacidad de ser permeable a los problemas y demandas sociales e instrumento para sus soluciones; convocatorias a colectivos, formaciones políticas, simpatizantes, electores, personas de la izquierda plural que saben que el bipartidismo es realmente una misma moneda con dos caras, y que desean participar en la construcción de una formación social y cultural, política y ciudadana. Una refundación real de IU, donde la palabra U, Unida, quizás haya que sustituirla por Unitaria, donde el nombre no ha de ser obstáculo ni condición previa, sólo los contenidos, el programa, la organización y su estructura. Hablamos de una izquierda unitaria que pueda en 2020 tener tres millones de votos y treinta diputados, 15 y 15, al menos; de una izquierda que, antes de eso, forma parte del tejido social, inmersa en el compromiso y con unas prácticas y una formas de hacer políticas diferentes....

¿CONSENSO O APAÑOS?


¿CONSENSO O APAÑOS?


El apaño es un remiendo o un arreglo. Es una forma de salir del paso lo mejor y más pronto posible... Son muchas cosas más. Cuando hablamos de consenso casi siempre nos referimos a una aceptación o acuerdo de todos los miembros de un grupo. Sin embargo, hay un consenso, lo llamamos “consenso pasivo”, que es el resultante de un consentimiento o conformidad de algo que nos viene ya elaborado, hecho por otros, casi siempre los que tienen una prioridad o relevancia en el colectivo...

En estos días, un grupo de compañeros y compañeras dirigentes de IU, han conformado una llamada “Comisión unitaria” de Izquierda Unida, que, además de “tutelar el proceso de la Asamblea de la federación, ha asumido las competencias en finanzas, administración y comunicación interna y externa hasta que se renueven los órganos de dirección entre octubre y noviembre”. Pero no se define como gestora, pues nadie lo ha decidido así.

Hemos de agradecer sinceramente a este grupo de personas tan responsables que, en estos momentos de auténtica crisis, hayan tenido el valor y la entrega de asumir estas encomiendas. Está compuesta, según nos han informado, por representaciones de las diez federaciones más importantes de IU y lo que se ha venido en denominar como “la pluralidad”, es decir, las representaciones de los partidos y corrientes existentes en IU, como PCE, CUT, etc.

A medida que pasan los días, y esta comisión va dando cuenta de sus reuniones (¿a quiénes?) van surgiendo, como no podía ser de otra manera, una serie de dudas al respecto de sus cometidos y de su composición. “Yo dudo, luego pienso; yo pienso, luego existo”. Las dudas, pues, han de despojarse aquí de la consabida sombra de la “sospecha” que tantas veces ha sido utilizada en el ámbito interno para justificar arbitrariedades de todo tipo. Dudas que surgen del ánimo constructivo. Son “observaciones”, más que “críticas destructivas”.

La primera duda está en la legitimidad democrática que asiste a esta comisión, en comparación con la que tienen los propios órganos de dirección existentes surgidos democráticamente de la última asamblea federal, para tener estas responsabilidades y acometer estas actuaciones. La respuesta viene dada en un doble sentido: de una parte, se nos dice, la dirección ejecutiva federal actual (no así las direcciones de las federaciones) ha sido cuestionada políticamente de forma tácita por la mayoría de sus componentes tras el desastre electoral; es como si, en la práctica, hubiese dimitido (o se le hubiese hecho dimitir) en gran parte de las atribuciones que tenía. De otra, las decisiones que son competencia del Consejo político federal y de la Presidencia seguirán tomándose en estos órganos, y la “comisión unitaria” llevará a estos ámbitos sus propuestas consensuadas para que sean debatidas y aprobadas o no. Se entiende que estando compuesta esta comisión unitaria por representaciones de la pluralidad política y territorial existente en IU y sus acuerdos consensuados, el paso por el Consejo Federal y la Presidencia serán de puro trámite... Y ahí surge la siguiente duda...

¿Realmente los llamados “representantes” –de las federaciones o de los partidos y colectivos- actúan como tal? ¿Lo que plantean en la comisión unitaria es debatido, o al menos conocido, y aceptado previamente por los colectivos o territorios que dicen representar? Mucho nos tememos que no. Lo que realmente puede estar ocurriendo es que se haya creado una dinámica de “barones” (“taifatos” los llama Julio Anguita en su último documento). Los “barones” son los coordinadores de las federaciones que son los que dan previamente el visto bueno o no a las propuestas que en esa comisión unitaria se tratan; y no son precisamente los coordinadores de las federaciones quienes van a esas reuniones, sino que envían a personas de su confianza en su representación. “Representantes de representantes” no elegidos en ningún lado. Entre las baronías políticas y territoriales se fabrica el “consenso pasivo”. ¿Quiénes se van a atrever, en esta situación de crisis estructural de tan dura perspectiva, a cuestionar el proceso y las decisiones tomadas?... Y ahí viene la tercera duda...

La tercera duda es la derivada del llamado “consenso pasivo”. ¿Dónde están las minorías? Las federaciones envían sólo representantes de sus mayorías. Cada federación ha liquidado políticamente la presencia en esta comisión de sus respectivas minorías. Algunas de estas “minorías”, como es el caso de Andalucía, tienen una representación superior al 40% según las elecciones democráticas de su última Asamblea... Se piensa que esto no es problema, pues hay federaciones cuyas mayorías corresponden en posicionamientos a minorías de otras. En la práctica, se nos dice, están representados, por una u otra vía, todo el mundo. Por ejemplo, Andalucía (su dirección, o su coordinador) ha vetado la presencia de la corriente crítica “convocatoria por Andalucía”, pero eso no importa, pues la mayoría de Asturias, que también ha vetado a su minoría, puede representar a la minoría de Andalucía. Esto es una barbaridad. Como ha sido una barbaridad obviar, por intereses políticamente mezquinos, la presencia formal y explícita de las candidaturas que como tal concurrieron en la última Asamblea Federal. Lo grave aquí es la incongruencia y la falta de ética a la hora da tratar a las minorías. Resulta que llevamos semanas, años diríamos mejor, criticando el trato que nuestro sistema electoral y mediático tiene con las minorías; no compartimos que con un 3,8% estemos en una situación tan precaria como estamos. Reclamamos justicia en el trato, proporcionalidad en la representación.... Sin embargo con nuestras minorías aplicamos los sistemas más severos. Estamos, en la práctica, favoreciendo un sistema “bi-partidista” dentro de IU, que no es sino el reflejo de lo que social y culturalmente criticamos: En IU existen más de dos opciones, pero es prácticamente imposible que la “tercera opción” (“la IU de IU”) sea tenida en cuenta.

En definitiva, el proceso constituyente que deseamos abrir ha de tener como método una apertura a la pluralidad real, no sólo a la nominal, de IU. Apertura a la sociedad civil con tendencias y propuestas de izquierdas, más plural aún. Apertura de mente para abrir el horizonte. Las dinámicas que pueden estar germinando en estas semanas, basadas en los consensos pasivos y en los poderes fácticos de las “baronías”, pueden garantizar una aparente cohesión (recordad la IV Asamblea Federal de IU), una falsa “unidad” de cara a la galería, pero pueden ser también la carcoma que convierta el proceso de debate en algo vacío y sin fuerza para relanzar el proyecto.

domingo, 20 de abril de 2008

Kechu Aramburu: NO DEPONGO "LA PALABRA"


KECHU ARAMBURU
NO DEPONGO “LA PALABRA”.
Dijo Federico García Lorca : “la palabra es lo único que nos han dejado”.


Y yo pienso que además nos han robado las ideas, nos han secuestrado el pensamiento, nos han pervertido los objetivos, nos han terrenalizado los sueños, nos han destrozado las utopías, nos han censurado el discurso, nos han plagiado los programas, han traficado con nuestros votos, han querido darle silueta de “ llave ” a algunas siglas.


Se acabó la pluralidad, la diversidad, el arco iris, no hay mestizaje, ni “alianza de civilizaciones interna”, se ha decretado el fin de la interculturalidad política y social. Es el tiempo del pensamiento único, orillado a centro derecha o a centro izquierda, a España la están centrando por la vía de la Ley electoral vigente, por la vía de un exacerbado bipartidismo, por la vía del modelo estadounidense, profundamente presidencialista, por la vía del talonario, por la vía de los imperios mediáticos.


Si a esto unimos otros muchos vectores, como “la contribución interna con Opas y contra-Opas”, y las políticas de alianzas tan contradictorias, como por ejemplo: en la Comunidad de Asturias IU es oposición al PSOE, habiendo rechazado varias Consejerías, en la capital de Sevilla co-gobernamos con el PSOE desde la minoría, y en el ayuntamiento de Valencia ni siquiera existimos; por lo que sería necesario mantener al menos tres discursos para avalar tan divergentes posiciones.

Dicho esto y recordando a Foucoult “el poder, te pongas como te pongas, no te va a permitir más, que sobrevivir” y cada vez menos. Una fuerza política que no asume la Monarquía, la España centralista, el olvido de las fosas comunes, los y las mileuristas, la corrupción de guante blanco, que la ETA marque la agenda electoral, que el litoral de este país sea el mayor desastre urbanístico de la UE, que no aceptemos que la precariedad y la siniestrabillidad laboral estén en el ranking de los países ricos, y que algunas mujeres sean mercancía de la masculinidad, y que nos neguemos, a que jóvenes y mayores sean considerados más que bolsas de votos.


¿Pero es que no nos hemos dado cuenta, que ya ni siquiera decidimos donde consumir el ocio, donde pasar las vacaciones?, son las multinacionales las que te hacen una oferta a Cuba, para que veas el fin del imperio castrista, y de paso los desconchones de la vieja Habana, o un vuelo de bajo coste al Vaticano, para que de paso te bendiga Su Santidad y te recuerde que la homosexualidad y los anticonceptivos son un pecado, y la eutanasia un delito. Por un puñado de euros más, puedes visitar Pekin y ver como se administra el comunismo patriótico Chino, consensuando la división de las castas entre pobres y ricos; incluso algunos “Tour Operators” te ofrecen ir a Japón para ver como hacerte adicto al trabajo sin sucumbir al “mito de la velocidad”.

Es el tiempo de la post-modernidad, del intento del fin de las ideologías,de hacernos elegir en empatía entre Obama, “un afro-americano”, o Hilary, de género femenino, además de victima resignada de las veleidades de un Clinton “juguetón”, o como a ellos les gusta discernir, entre la frescura y la experiencia. Pero ¿cuales son sus diferencias en política armamentística, en los Acuerdos de Kioto, en el precio del crudo, o en la condonación de la deuda externa al Tercer Mundo? El video de Obama atrapa el cerebro, el discurso de Hilary conmociona a “las clases medias”. En Estados Unidos será presidente o presidenta quién decidan las multinacionales. ¡Qué ridículo podemos llegar a ser!. Es tan palpable que lo que interesa es no ceder ni un ápice de empoderamiento, al pueblo soberano.


Mira querido Gaspar, creo que ha llegado el momento de hablarte claro, y yo misma que estoy a diario en “el tajo” te voy a explicar lo que pasa (aunque me consta que los sabes): ¿cómo en una campaña electoral, que de lo que se trata es de conseguir votos, tú te has atrevido a hablar...?: del aborto, de los acuerdos millonarios del Gobierno con la Santa Sede, del desasistido pueblo saharaui, de las tropas en Afganistán, de la pacificación de Euskadi, de la república, del cambio climático... ¿Cómo se te ha ocurrido dirigirte a los excluidos sociales que no votan, o a los anti-globalización si tampoco votan en su mayoría, o a las familias monoparentales que también han dejado de hacerlo porque ya no se creen nada?, o ¿cómo te has atrevido a aceptar el voto de los sindicalistas que defienden a la clase obrera, cuando parece que parte de ella, vota a la derecha?, o ¿cómo has osado visualizar que no toda la cultura, cantantes, artistas, intelectuales, creadores de opinión, no están en ningún pesebre y son libres para decir cual es la alternativa?.

No te das cuenta Gaspar que tú hablas de provocar el cambio, de revitalizarlo, de ser una izquierda transformadora; pero muchos millones nos han contestado con su voto en las urnas: “no gracias, yo prefiero leves reformas, no queremos cambiar”.


Cualquiera de los ciudadanos que han votado a los grandes partidos tienen o practican el siguiente discurso, que yo constato cada día: “prefiero un cuatro por cuatro o un mono-volumen antes que un utilitario”, aunque viva en el asfalto y sin familia numerosa, “prefiero un adosado en las afueras a vivir en un barrio”, aunque tarde una hora en llegar a mi trabajo, “prefiero una PDA a un móvil”, aunque no sepa ni para qué usarlo. Prefieren un colegio privado a uno público, aunque la enseñanza no sea mejor, pagar una mutua aunque si se tiene que operar lo hará en la Seguridad Social, estar apuntado por la tarde a padle para notificar a sus vecinos y compañeros que es muy “in” ; hacer yoga si es mujer, o footing si es hombre, estar apuntado a una cofradía o a un equipo de fútbol, llevar al niño por las tardes a inglés y al judo, y a la niña al ballet. Un poco de “Hiper” y de “Barbacoa” los fines de semana, y no hay que quebrarse la cabeza con más problemas, - amén de las hipotecas claro - , y se preguntan ¿qué tengo yo que ver con la inmigración, las guerras, la sostenibilidad, etc. etc.?. Y no se preguntan porqué hay varios millones de mujeres que toman ansiolíticos casi todos los días. Y a renglón seguido dice la ciudadanía: “si es que todos los políticos son iguales”.

Por eso amigos y amigas, Gaspar y compañía, dejemos de buscar las causas internas y externas. El tema es que la gente ha votado que le den dos mil euros por ser madre, seis mil a su adolescente por estudiar bachillerato, cuatrocientos por devolución de la Renta, otro cheque para la cosa bucodental, otro para la dependencia, y subida de calderilla para las paguitas. Y “los otros” más de lo mismo: prometieron bajar los impuestos, - para rebajar los servicios públicos, claro - , plantar cinco millones de árboles y reforestar España, (será de bonsáis), o envolver a los inmigrantes en mantas y enviarlos en pateras a su destino. La mayoría de este país está conforme con lo que tiene, e incluso agradecido, y le molesta que les recuerden las bolsas de pobreza que hay en las grandes ciudades, las múltiples bajas de docentes y sanitarios por las condiciones laborales, las pequeñas empresas, que si no tienen padrinos se arruinan, la España desértica, las corruptelas de grandes y pequeños. Casi todo el mundo, Gaspar, tiene su tarjeta VISA, su portátil, su cochazo, y sus escapadas los fines de semana a Londres, París o Roma.


Que osadía Gaspar, hablar de cambiar la realidad, de transformar el país, quién te has creído que eres ¿David?, pues no, ni siquiera el amigo de Goliat. ¿Cómo te van a votar?... si les has dicho que hay que crecer repartiendo, en resumidas cuentas, que tienen que renunciar a sus privilegios para que todos tengan, algo. Que ingenuos hemos sido, casi tanto como mi viejo profesor, Fausto Bertinotti, de quien aprendí tanto cuando era eurodiputada, y compañera en el GUE (Grupo de la Izquierda Unitaria Europea) en Bruselas.

Con bipartidismo perfecto o imperfecto, con esta ley electoral o con otra, con voto útil o sin voto útil, hasta el noventa y seis, con pinza virtual o sin ella, nos dejaron y nos observaron, después los que mandan, que obviamente no son los partidos políticos, dijeron que poco a poco, para no resucitar a los muertos y sin que se notase, pasaríamos a ser testimonio, nos echarían un poco de leña, y como había algo de lumbre nos quemaríamos vivos, nosotros mismos nos hemos abrasado los unos a los otros.

No me digan ustedes a mi, que no son de “chapeau”, nunca se manchan las manos, y siempre consiguen sus objetivos, como en la ruleta, siempre gana el que más tiene. Nosotros matándonos y ellos con los deberes bien hechos. Conclusión: no es posible seguir como si no pasara nada, hay que analizar social y políticamente esta catástrofe electoral. Y el primer ejercicio de pedagogía política, y objetivo de primera magnitud, es: TRABAJAR PARA CONSEGUIR QUE LA CIUDADANIA GIRE A LA IZQUIERDA.


Para que entiendan que están siendo sutilmente manipulados, cuando no aborregados, y que es inmoral que en el siglo veintiuno haya gente que tenga que buscar en los contenedores para comer, mientras a otros le caducan casi todos los días los yogures desnatados. Por eso hay que entender que la Educación es la más potente palanca de transformación, pero no la entendida como transmisión exclusivamente de conocimiento, sino la que sirve para humanizar, para crear conciencia, para hacer ciudadanía crítica, necesitamos gente informada y formada en la solidaridad, con compromiso de compartir, repartir y distribuir.

Mientras, Gaspar, puedes desgañitarte y clamar en el desierto, que entre los sirios y troyanos que te acompañan y desacompañan, y una gran parte del pueblo que hasta que no vino la decadencia del imperio romano, después del pan y el circo, no reaccionó. No sirve hacer más comparativa que la de un análisis riguroso, objetivo, y no interesado, sin sesgos ni tintes más verdes o más rojos.

Hace falta lealtad en el diagnóstico, criterios unitarios para diseñar las estrategias, no amputar ni un solo militante ni dirigente más, abrir las puertas y las ventanas para que entre oxigeno, renovar métodos, rostros y culturas, hace falta una “Revolución Interna”, y una “Sublevación de las bases”, no manipuladas, hace falta quitarle el óxido a la máquina, hace falta que mucha gente dé un paso atrás, hace falta que otra mucha, deje a otros, dar un paso adelante, hace falta preocuparse y ocuparse del capital político clásico, pero hace falta que los no contaminados apuesten por tomar el relevo, y se les deje.


Hace falta menos patriotismo, menos demagogia, menos ajustes de cuentas y más ladrillo sobre ladrillo, más torre de Babel, más construir juntos una nave que nos lleve a buen puerto, que su objetivo sea transformar la sociedad, como proyecto colectivo y no particular, más conseguir que no haya desequilibrios entre el Norte y el Sur, entre mujeres y hombres, más luchar por la libertad, por los derechos socales, por la igualdad...

Deben ser objetivos la soberanía, la pluralidad, la federalidad, el municipalismo, la radicalidad democrática, y la ética política, hace falta otra forma de hacer política, se ha acabado el ciclo del carrillismo, del anguitismo y del llamazarismo, se ha acabado el ciclo de los ismos, todas las escuelas han desvirtuado a sus maestros. En tu caso, Gaspar, el nueve de marzo, creo haberte entendido que dabas un paso atrás, pero que te quedabas, firme y convencido, en la izquierda roja, verde y violeta, y creí comprender que dabas por finalizado el llamazarismo y el post-llamazarismo, y llamabas a la “APERTURA DE UNA NUEVA FASE”.

Después de veintidós años de esplendor de esta fuerza política, y de alguna travesía en el desierto, ahora hace falta ir hacia un “PROCESO CONSTITUYENTE”, dándole la voz y la palabra a las bases, a los movimientos sociales, a la ciudadanía que nos vota, al millón de resistentes al pensamiento único, para esa IZQUIERDA UNITARIA, alternativa y transformadora, del siglo XXI. Debemos CONVOCARNOS porque es posible otro mundo, porque es posible otra España.


Fdo: Kechu Aramburu del Río.
Miembro de la Permanente Federal de IU.
Sevilla, abril de 2008.

martes, 15 de abril de 2008

PROXIMA ASAMBLEA FEDERAL IU: EN OCTUBRE-NOVIEMBRE


Izquierda Unida
14 de abril de 2008
La comisión unitaria que prepara la IX Asamblea de IU debe consensuar si propone al próximo consejo político federal que ésta se celebre entre los meses de octubre y noviembre

La propuesta parte de la subcomisión de Organización y Finanzas que, junto a las de Documentos Políticos y la de Comunicación, han iniciado hoy sus trabajos

La Comisión Unitaria preparatoria de la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida se ha reunido hoy dividida en las dos subcomisiones de trabajo de Organización y Finanzas, y de Elaboración de Documentos Políticos creadas para la agilización del conjunto de tareas.


La primera de ellas, que ha centrado sus trabajos en temas prácticos relativos al proceso asambleario ha acordado proponer a los miembros de la Comisión Unitaria para su aprobación con el mayor consenso, entre otros temas:


1º Realizar un proceso asambleario basado en los censos de afiliados y afiliadas de Izquierda Unida actualizados y transparentes. Esta afiliación estará vinculada claramente al pago efectivo de la cuota mensual y garantizando la aportación a IU Federal de 1 euro al mes por afiliado.De acuerdo con el conjunto de las federaciones de Izquierda Unida, y con todas y cada una de ellas, se procurará el pago de la deuda acumulada desde el 1 de enero de 2006, en fecha tope a concretar, siempre antes de la celebración de la IX Asamblea Federal.


2º La fecha definitiva para la celebración de la IX Asamblea Federal de IU se propondrá a la Comisión Unitaria para que sea entre los meses de octubre y noviembre de 2008. La fecha que sea aprobada debe ser ratificada por el Consejo Político Federal, máximo órgano de dirección de esta formación entre asambleas.


3º Se ha manifestado la voluntad política de buscar una solución acordada para los diversos conflictos de afiliación que puedan estar aún planteados en las distintas federaciones de IU.


4º Se ha aprobado la creación de un grupo de trabajo para la redacción y elaboración concreta de la propuesta de Normas y Reglamento de la IX Asamblea Federal.


La subcomisión encargada de Elaboración de Documentos Políticos acuerda proponer lo siguiente:


1º La ampliación de esta subcomisión, hasta ahora integrada por Monserrat Muñoz, Willy Meyer, Javier Alcázar, Ángel Pérez, Amadeo Sanchís, José Manuel Alonso, Marga Sanz y Javier García, con las siguientes personas: Felipe Alcaraz, Pedro Chaves, Eberhad Groske ,Marga Ferre, Luis María González, Manuel Monereo, Moral Santín, Julián Sánchez Vizcaíno, Francesc Matas y Félix Taberna.


2º La subcomisión trasladará a la Comisión Unitaria una propuesta de trabajo que garantice la mayor participación, desde el pluralismo, la transparencia y el consenso del conjunto de la afiliación y los simpatizantes, de forma directa y a través de las federaciones y áreas de elaboración de Izquierda Unida.3º Se está elaborando un Guión Base para el ordenamiento del debate asambleario que está siendo redactado por Javier Alcázar, Ángel Pérez y Amadeo Sanchis. Éste será enviado al conjunto de las federaciones para que éstas favorezcan y garanticen la aportación y participación más amplia y abierta posible, hasta la redacción final de los documentos que serán sometidos a la consideración del Consejo Político Federal para su traslado al debate asambleario.


Por otra parte, la Comisión de Comunicación creada en el seno de la Comisión Unitaria -compuesta por Marga Sanz, Joan Josep Nuet, José Manuel Alonso y Javier Alcázar- ha acordado trasladar a ésta las siguientes propuestas:


1º Garantizar un impulso global de la Comunicación Interna y Externa de Izquierda Unida, de forma coordinada con nuestro diputado y con su actividad en el Grupo Parlamentario, utilizando todos los recursos humanos, técnicos, materiales y militantes que ya vienen funcionando.


2º Difundir, mediante el Boletín Informativo, los trabajos preparatorios de la IX Asamblea Federal, así como el conjunto de propuestas y acuerdos que tengan lugar en la Comisión Unitaria y en los órganos de dirección de Izquierda Unida.


3º Diversificar los contenidos diarios de la página web www.izquierda-unida.es, reforzando la información más específica de la actividad política e institucional que se viene realizando por parte de las distintas federaciones de IU. Continuar impulsando la opinión política de IU ante los distintitos acontecimientos que tienen lugar en nuestro país y en el mundo.


4º Abrir un espacio web específico para la participación, la información, el calendario y todo lo derivado del proceso asambleario, con el fin de que cada federación colectivamente y cada afiliado o afiliada, individualmente, tengan garantizada la participación inmediata en cada debate que se produzca hasta la realización de la Asamblea.


Por último, la Comisión recabará la participación activa y fundamental de los/as responsables de Comunicación de las distintas federaciones para que se aporte la información diaria más relevante de la actividad política e institucional de sus organizaciones, para que ésta forme parte fundamental de la política federal de información.

lunes, 14 de abril de 2008

NO HAY TIEMPO PARA MÁS DILACIONES (Julio Anguita)


Julio Anguita
13 de abril de 2008
Intervención de Julio Anguita en el Comité Federal del PCE celebrado hoy en Madrid
No hay tiempo para más dilaciones

He esperado a la reunión de este Comité Federal para manifestar ante mis camaradas las valoraciones, opiniones y sobre todo las consecuencias que a mi entender tienen sobre IU y el PCE los últimos resultados electorales. Ningún medio de comunicación ha conseguido de mí una sola palabra. Pero estas líneas no son sólo juicios, son fundamentalmente, propuestas de acción que someto en primera instancia al conocimiento de este órgano.

He sido durante más de diez años Secretario General del PCE y casi con total simultaneidad he ejercido también de Coordinador General de IU. Ahora presido la Comisión Redactora del Manifiesto-Programa. La experiencia y los conocimientos adquiridos en el ejercicio de estas responsabilidades me obligan por conciencia y lealtad a la organización pero también por necesidad anímica y política personales, a expresarme con total claridad sobre la situación por la que atravesamos.

He sopesado la posibilidad de elevar previamente este escrito a otros órganos de dirección más restringidos pero se ha impuesto en mi ánimo la convicción de que era preferible que el documento llegase aquí tal cual, sin matizaciones, enmiendas o consensos que pudieran inducir al Comité Federal de que estaba ante una propuesta ya canalizada y por tanto con pies forzados que dificultaran el libre análisis del mismo.

No pretendo que el documento se debata en esta sesión del Comité Federal; sería sorpresivo y por tanto carente de las garantías necesarias para una discusión. Solamente pretendo que sirva para estimular el debate que desde la Comisión Redactora lanzaremos con el método acordado en el encuentro que mantuvimos los integrantes de la misma con el Secretario General y otros miembros de la Permanente. Pero también pretendo que ante la inminencia de la convocatoria de la Asamblea Federal de IU podamos discutir y tener al menos una opinión como Partido, el cual decidirá si puede servir para abrir la discusión con los plazos, ritmos y métodos que se acuerden.

Antes de entrar en materia quiero hacer cuatro precisiones que sirvan para disipar dudas, apriorismos o procesos de intención que nunca ayudan a la serenidad de pensamiento:

Nuestro Secretario General fue informado por mí sobre la redacción del documento y se lo envié con bastante antelación a la celebración de este Comité Federal.

Es mi intención más firme seguir militando en el PCE y en aquellas otras instancias y organizaciones políticas que él apoye.

El documento es en parte deudor de otros que han ido apareciendo en el curso de los días. En otra parte es una síntesis apretada de materiales producidos por IU y por el PCE y desde luego también contiene el producto de mis reflexiones en torno a una cuestión que me obsesiona: Un proyecto como el que IU quiso ser, sigue siendo un clamor desde la necesidad de cambiar la realidad y desde la también necesaria rebeldía contra ella. Nunca una necesidad tuvo tan menguados referentes para satisfacerla. En cuanto a los otros documentos que han ido apareciendo firmados por otros camaradas y compañeros creo que deberían también ser conocidos oficialmente por este Comité Federal a los efectos del debate oportunos.

Como dirigente que fui de IU y actualmente del PCE asumo en lo que a mí me corresponde la responsabilidad en los procesos que han desembocado a esta situación. Quisiera con esta sincera salvedad que, sin huir de las críticas a las direcciones pasadas y presentes, no transformásemos el debate en imputaciones exclusivamente personales. Nos perderíamos en una madeja laberíntica. Las responsabilidades existen, pero en el marco de los procesos colectivos.

IU: un proyecto político en vías de extinción

Los resultados electorales del 9 M no han hecho otra cosa que evidenciar lo que ya era un hecho; IU no tiene más entidad política que sus siglas; una marca devaluada en el mercado electoral y mediático sin incidencia alguna en ningún sector social. La casi total pérdida de representación en el Parlamento no es otra cosa que un ajuste con la realidad.

El naufragio de IU comenzó a acentuarse cuando fue evidente para la opinión pública que estaba ante una organización carente de identidad específica y propia y por ello incapaz de fijar siquiera un mínimo estable de respaldo y apoyo.
Muchas cosas han cambiado en España y en el mundo desde que fue fundada el 27 de Abril de 1986, pero hay dos fundamentales: las consecuencias de la desaparición de la URSS y el giro de CCOO hacia un sindicato de servicios que comparte con UGT los favores de la administración. Y al hablar de las consecuencias quiero remarcar que me refiero a cómo estos hechos han sido vividos, cómo han sido introyectados en lo personal y en lo colectivo y cómo terminaron derivando hacia posiciones del borrón, cuenta nueva y superación de la fractura de 1920. En unos meses se borraron de la memoria la historia más inmediata y las evidencias del día a día político y sindical.

Precisamente su aparición como fuerza política venía a resítuar un espacio político en torno a dos ejes alternativos: El Programa como referencia para las relaciones con los demás y las otras formas de hacer política como el sello de una nueva alianza con la sociedad y especialmente con los sectores más dinámicos y avanzados de la misma. Estas dos características hacían del nuevo proyecto una entidad que pretendía crear instrumentos de intervención social en la política y en la actividad social desde posiciones orientadas a lo que vino en denominarse la


Construcción de la Alternativa.

Desde fuera vinieron pronto las operaciones dirigidas a insertar a la nueva fuerza dentro de la dinámica que el nuevo orden mundial preconizaba. El harakiri del PCI, la deriva hacia ese ejemplo de Iniciativa per Catalunya junto con las andanadas mediáticas en torno a las diversas denominaciones de la Casa Común las cuales contaban con grandes y sucesivas cabezas de puente en el interno de IU, marcaron con el estigma de la crisis permanente a la nueva organización. Desde entonces IU ha estado debatiéndose entre la consolidación de su manera específica de ser y la llamada hacia lo inerte: la homologación con el status político buscando en él la legitimidad y la normalización.

A pesar de las dificultades IU se desarrolló y avanzó electoralmente. Eran los tiempos del 14 de Diciembre, la Propuesta Sindical Prioritaria y la Iniciativa Sindical de Progreso. También eran los tiempos de un PSOE que evidenciaba la corrupción, el crimen de Estado, las privatizaciones, las desregulaciones y la beautiful people. El hecho de que a pesar de estos escándalos el PSOE mantuviera un suelo electoral muy alto debió servir de advertencia acerca de que el trabajo preferente de IU debiera hacerse en el seno de la sociedad, de las organizaciones obreras, de los colectivos alternativos y culturales. Era aquí donde el Movimiento Político y Social mostraba su necesidad de ser y trabajar.

Las alianzas y acuerdos con CGT y USO en torno a las 35 horas reiteraban la lección; IU no debía tener más referente sindical que el marcado por las luchas de cada día, los programas y las alternativas. IU sólo podía avanzar a partir de entonces si ella misma creaba y ampliaba el terreno sobre el cual su rareza política podía enraizarse, crecer y hacer cambiar el entorno. Instalarse en la lógica de cualquier fuerza parlamentaria y desde luego en la del PSOE y su discurso bifocal, era la muerte anunciada.

Dudando entre qué camino escoger o lo que es peor, picoteando de unos y otros, las características de IU comenzaron a difuminarse y la confrontación interna entre visiones parciales e interesadas del proyecto se multiplicó, se transformó en una serie de luchas endogámicas por razones más cercanas a las listas electorales que a otra cosa.. Y puestos en ese camino, optando por la vía de la lucha exclusivamente institucional los Estatutos, la democracia interna, la ética y la honestidad política que hacía tiempo venían degradándose empezaron a gozar de unas largas vacaciones. Recordemos las diferencias en cuanto a contenidos, alianzas estables, rigor y claridad entre el debate sobre Mäastricht y los otros muchos que le han seguido.

En el seno de IU comenzó a abrirse paso de nuevo la vieja idea de ser diferentes y diferenciados sin abandonar tampoco el rol que el PSOE y sus influencias habían montado en torno al bipartidismo; IU quiso ser la otra cosa pero dentro de un orden. En función de ello el viejo lema del discurso rojo, verde y violeta pasó a ser la denominación de una nueva entidad, el proyecto eco-socialista. Y de nuevo el viejo proyecto confederal de las Izquierdas Periféricas como posibilidad de frenar la caída electoral y crear una confusión calculada que sirviera las diferentes y a veces contrapuestas clientelas electorales.

En los últimos años, y ya en plena pendiente, los síntomas de muerte se han multiplicado: la supuesta federalidad ha sido sustituida por taifatos y cuotas de poder (aunque este problema venía de muy lejos), los grupos enfrentados nunca han constituido alianzas estables sino aleatorias y en función de las mejores tajadas en cada lista electoral. Quiero decir que nuestro proyecto de Estado Federal Solidario no ha sido aplicado en nuestra organización. Creo también que su existencia es tan ignorada como la Alternativa Energética, los 11 puntos o los análisis (y propuestas consiguientes) hechos sobre la UE.

Y lo que desde luego constituye un dogal para la asfixia total es la deuda que sin ingresos medianamente importantes, puede ser la puntilla que acelere la agonía.

¿Hay solución?

Desde hace varios años vengo diciendo que el proyecto de IU tal y como se está desarrollando, estaba muerto y que debíamos prepararnos para ese acontecimiento. No creo que con asambleas ordinarias, métodos clásicos y prácticas rutinarias se salga de esta, al menos como una fuerza política mínimamente estructurada, con una cierta solidez y como proyecto para el Estado Español. Las siglas podrán continuar durante algún tiempo en las CCAA y en las Administraciones Locales, pero irán siendo sustituidas paulatinamente por alianzas electorales de creciente color localista sin más aspiración que ser una bisagra recompensada con cicatería por el PSOE.

No, no hay razones ni siquiera indicios de una recuperación o de una posibilidad de remontar la deblacle, en ningún sitio. No nos engañemos con las lecturas de males menores, de avances sobre el mismo ladrillo o de pruritos en dar lecciones magistrales. Los resultados han sido malos, pero si además se presentan como victorias siguen siendo malos y además acompañados de la ceguera. Aquí y por ahora, no valen las comparaciones entre el ciego y el tuerto.

El pesimismo con el que vemos la situación está más que fundamentado; no sólo por la curva decreciente de los procesos electorales sino por algo mucha más grave que eso: la degradación de la vida política, orgánica e incluso de relaciones personales en el seno de la organización.

Creo que confiar en que la Asamblea venidera sirva para solucionar el problema es un ejercicio de candor. Hay un proyecto o si queréis una aspiración, a hacer de IU un trasunto confederal de una formación eco-socialista de viejísimo cuño en cuanto las relaciones de la misma con la sociedad y la opinión publicada. Las llamadas desde los medios de comunicación a la renovación, la apertura a la sociedad y a la izquierda plural acompañadas de la satanización de las siglas PCE ( como si los almuédanos de este mensaje no fueran en su mayoría también del PCE) forman parte de una técnica que hemos sufrido demasiadas veces en IU y en esta casa. Frente a esto no hay proyecto alternativo; hay cenáculos, movidas, alianzas que flor de un día, han durado lo que han tardado la confección de las listas. Es más, las invocaciones a palo seco a conceptos y expresiones como Movimiento Político y Social, Elaboración Colectiva o Democracia han sido manidos incumplidos cuando no prostituidos y será difícil limpiarlos de tantas excrecencias e impurezas.

Y sin embargo

Sobre esta tierra yerma parece cambiar radicalmentecasi imposible cultivar nada viable, serio y con pretensiones de durabilidad y muchísimo menos de ser instrumento de liberación social. Sólo hay un punto de posible regeneración que viene dado por dos la constatación de dos realidades:

1ª- El campo de acción para una fuerza política como la que pretendió ser IU es tan vasto como un océano. En él se inscriben movimientos de todo tipo que pretenden con sus luchas y sus actividades hacer bueno aquello de que “Otro mundo es posible”. Pero hace falta una organización política que respetando esos movimientos y trabajando lealmente con ellos realice una labor que demuestre como la intervención política no es otra cosa que la intervención de la sociedad para hacer de la Política sinónimo de Transformación social.

2ª- SOBRE LOS TRABAJADORES Y ASALARIADOS SE CIERNE, SO PRETEXTO DE LA CRISIS, UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LA RECESIÓN ES UN HECHO. EL PARO AUMENTA. LOS GOBIERNOS EUROPEOS CLAMAN POR REBAJAS SALARIALES Y LA FLEXI-SEGURIDAD ES YA UN PROYECTO CUYA APLICACIÓN SE PRESENTA COMO INEXORABLE. MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES VAN A SOPORTAR UNA AGRESIÓN QUE LOS CONDENARÁ A SITUACIONES DE PRECARIEDAD, EXLUSIÓN Y MARGINACIÓN EXTRAORDINARIAS. AHÍ ESTÁ LA DERECHA; NO NOS CONFUNDAMOS POR LAS SIGLAS.

Esta situación a la que los trabajadores y asalariados se van a ver avocados y dentro de ella los colectivos más débiles (mujeres, jóvenes, pensionistas, etc) nos exige, nos clama y nos obliga so pena de traición a nuestra historia y al legado de tantos luchadores, a cambiar radicalmente y Esta coyuntura que se avecina puede y debe ser el agente externo que provoque lo que aún pueda quedar de vivo y nos convoque para sellar una alianza de compromisos en torno a la REFUNDACIÖN de IU.

Y esta Refundación sólo es posible desde un previo acto personal, intransferible y de compromiso a comenzar de cero que se condense en una atmósfera colectiva de voluntad interventora con los mecanismos políticos y las actitudes de una nueva práctica militante. Sin esto que debe ser preceptivo, no se podrá poner en marcha el resto. Estoy llamando a la responsabilidad y a la aceptación sin límites de unas reglas de juego democráticas y del resultado que del debate surja.

La propuesta

La Asamblea federal próxima debe hacer en dos fases.

Primera fase

Desde el acuerdo en la necesidad de volver a empezar a causa de la excepcionalidad del momento, se imponen los siguientes pasos o fases:

1º- La Refundación de IU no puede hacerse en clave endogámica, sería un comienzo estéril. Es preceptivo hacer una Convocatoria abierta a colectivos, personas, ex –militantes, etc para comenzar un proceso ( que puede tener varias denominaciones) por el cual se debatirán y fijarán los ejes, compromisos y características de la nueva IU.

2º- Y ello implica como prenda de cambio y de nuevo comienzo la renovación de al menos el 50% de todos los órganos de dirección, desde la Federal hasta la agrupación básica con las condiciones y plazos que se fijen, pero antes de la primera parte de la Asamblea. Aquellos que hemos ejercido de responsabilidades durante años deberíamos pasar a una segunda fila y desde allí dar el rendimiento, el apoyo y la lealtad a las nuevas direcciones.

3º- Desde este momento la primera parte de la Asamblea debate y desarrolla los puntos y ejes que estructurarán a IU. A mi juicio son los siguientes:

3.-1 IU, Movimiento Político y Social Organizado que fija su objetivo en la permanente Construcción de la Alternativa a la sociedad, el Estado, la cultura existente y los valores dominantes. La superación del Capitalismo tendría como proyecto inmediato de trabajo la consecución de los objetivos que ya marcamos en IU: Una sociedad de Pleno Empleo de calidad. Una Economía desde la óptica del Desarrollo ecológicamente sostenible. Una Protección Social plena. Reparto del Trabajo. Y junto a ello las acciones de política económico-fiscal necesarias para ello.

3.-2 Democracia Radical en IU.


Publicidad permanente de los censos de militancia y libre acceso para quien quiera consultarlos. Reglamentos que fijen con precisión la publicidad de los acuerdos orgánicos hacia la militancia, que regulen el régimen se sesiones, deliberaciones y acuerdos así como la información previa y documentada en cada sesión. Revocación de los cargos públicos por las asambleas competentes u órganos competentes que los eligieron como candidatos en las elecciones. Elección de direcciones tras la presentación de un programa del que rendirán cuenta en las sesiones habilitadas para ello. Finanzas claras, transparentes y co-responsables. Militancia efectiva según posibilidades.

3.-3 Elaboración Colectiva.


Esta seña de identidad no es sino la aplicación en el marco de lo concreto de la alianza social en torno a objetivos, métodos y valores. Sin que los ciudadanos participen en la elaboración de las soluciones para sus problemas no habrá nunca conciencia de la realidad, sus límites y el papel que la Democracia tiene en el cambio social. Pero la elaboración colectiva no es la creación de un gabinete de asesores que elaboran papeles para los cargos públicos es básicamente un mecanismo de participación democrática en las decisiones de IU, es un mecanismo de aportación e intervención en las líneas de actuación de la actividad política y social y también en las políticas a realizar en las instituciones. Las Áreas como un mecanismo de elaboración (pueden haber otros más) deben ser organizadas de tal manera que los militantes y dirigentes participen en ellas habitualmente. En las elaboraciones que sobre ellas hemos en IU hay material suficiente para concretar su organización, funciones y participación política.

3.-4 IU es una fuerza política de carácter federal.


Y esta apuesta que proviene de nuestra concepción del Estado no significa otra cosa que otra forma de concebir el acuerdo de un Estado unitario que busca su cohesión desde el consenso el acuerdo, la atribución clara de competencias, funciones y responsabilidades. La federalidad es incompatible con los taifatos. Una idea debe quedar clara: la federalidad es un reconocimiento a la diversidad pero en el marco de una visión común de la Transformación social. La transitoriedad de Estados , nacionalidades y entes territoriales ante la concepción de un mundo nuevo, solidario y sin fronteras debe estar siempre presente.

3.-5.- Escrupulosa legalidad.


Una fuerza política que se pretenda democrática debe guiar sus actuaciones internas y su funcionamiento por el respeto y ejercicio de la legalidad. Estatutos, reglamentos, régimen de sesiones y toma de acuerdos deben ajustarse totalmente a las reglas de juego estatuidas libre y soberanamente por el colectivo. Las comisiones de Garantías no pueden ser concebidas con órganos para salir del paso cuando no como cementerio elefantes. Es inadmisible que los Estatutos sufran cambios para legalizar acciones o situaciones que contradicen abiertamente los principios éticos y políticos de IU.

3.-6.- IU no puede definirse por una serie interminable de adjetivos.


La aceptación y desarrollo de los DDHH en sus tres generaciones, la asunción en la teoría y en la práctica de otras aportaciones a la causa de la plena emancipación humana es una seña de identidad irrenunciable para cualquier organización que pretenda ser revolucionaria o transformadora. Desde hace muchos años explicitamos que nuestro discurso es rojo, verde y violeta. No sigamos añadiendo adjetivaciones al sustantivo fundamental. Asumamos la historia del movimiento obrero y los nuevos proyectos de liberación. IU es un proyecto de Izquierda, sin más.

3.-7.- IU no tiene más referencias sindicales que las derivadas de las alianzas coincidencias y movilizaciones que en cada momento puedan producirse El Programa estratégico, la coincidencia táctica, la acción puntual o la coyuntura favorable para una movilización acorde con los intereses de los que aspiramos a representar, es la única pauta para cualquier tipo de relación política y sindical.

3.-8.- IU se define como una organización republicana.


La condición republicana de IU no es una mera adjetivación para la galería. La organización debe fijar en sus Estatutos, discurso y práctica política su decidida voluntad de que la III República española sea una realidad mediante el acuerdo activo, la participación democrática y la divulgación ciudadana de los valores, ética y contenidos de la Constitución de la III República. Nuestro republicanismo no está hecho de nostalgias sino de proyectos para hoy. El desarrollo de esta decisión implica una serie de actuaciones, formas de trabajo y expresiones públicas que sin caer en estridencias gratuitas manifiesten firme, serena e inequívocamente nuestra entidad y nuestra propuesta a la ciudadanía. En consecuencia uno de los trabajos de IU debe ser colaborar y aportar en la puesta en marcha del proceso constituyente de la III República.

Una vez que estos puntos hayan sido discutidos, asumidos y sistematizados en una única Tesis político- organizativa la primera parte de la Asamblea los aprueba y pone en marcha el desarrollo de los mismos.

Segunda fase

Una vez que la primera fase haya sido culminada se procederá a la convocatoria de la segunda. En ella se ratificarán lo hecho como desarrollo de la primera y se aprobará una Tesis político-organizativa para los años siguientes hasta la próxima Asamblea. Pretendo con esta distinción separar lo que para mí constituye una invariante, los principios de IU que no pueden estar siempre al albur de cualquier Asamblea, de las líneas políticas y programas que constituyen el mandato para casa Asamblea específica.

En esta segunda fase las direcciones deben, con el mismo método que la anterior, proceder a su renovación en un 25% de lo que anteriormente no se renovó y al porcentaje o casos particulares que se estimen conveniente de los anteriormente renovados. Los Estatutos deberán fijar los años de duración de los mandatos.

IU carece de referencia sindical. Las alianzas acuerdos, movilizaciones y acciones de todo tipo se harán con aquellos sindicatos que en cada momento representen o expresen la línea programática de IU.

Esta es mi opinión y mi propuesta. Sé que al hacerla puedo levantar suspicacias incluso escándalos pero creo que es la única manera de poner en pie una necesidad.

PARA LA REGENERACIÓN DE IU (PSUC viu)


Para la regeneración de Izquierda Unida

Comité Ejecutivo del PSUC Viu / 07 abr 08

Después del descalabro electoral del pasado 9 de marzo, el comité Ejecutivo del PSUC ha hecho las siguientes consideraciones:


La reflexión oficial justifica el fracaso debido fundamentalmente a la ley electoral y al bipartidismo. Creemos que esto es echar pelotas fuera. Desde la ley de Reforma Política la representación parlamentaria se ha regido por los mismos criterios, obviamente injustos, pero con ellos alcanzamos los 24 diputados y nunca el descalabro había alcanzado estas proporciones. Sólo una reflexión en profundidad de las causas y superando la enésima lucha en el interior de IU por el misérrimo poder será posible superar este bache.


I - Mutación de IU


En IU se ha producido una mutación, cambio de naturaleza, una pérdida de identidad. La IU de Llamazares ha dado un giro de 180 grados en relación a la IU anterior. Han prevalecido las siguientes características.


1. Sumisión al PSOE


Crecientemente subalterna del PSOE y de su entramado mediático y sindical, agarrotada por los intereses institucionales de sus aparatos y con un discurso “políticamente correcto”. Su objetivo ha sido condicionar al PSOE hacia la izquierda. Pura ilusión. Para ello contaba con su exigua representación parlamentaria y con el favor de los medios de comunicación. Sin conseguir su objetivo y desvinculada de la sociedad, IU se ha convertido en una organización autista. En tiempos del vilipendiado Julio Anguita existía un afán por la coherencia. Se cometieron errores, pero siempre desde el debate y la transparencia. Incluso con demandas moderadas como la defensa de los contenidos sociales de la Constitución o la exigencia de pleno empleo, aquella IU era creíble, de una inconfundible línea roja, dispuesta a hacer transacciones, aplazamientos, alianzas, pero roja. Dispuesta a negociar los ritmos, pero no los principios.Es obvio que la presente ha sido una estrategia suicida. De la IU soberana, intento de movimiento político-social y rebelde, queda sólo el recuerdo.


2. Vinculación con la gestión


Se ha hecho descansar la transformación social propugnada por IU en la gestión, en la presencia en las instituciones. Se olvidó la presencia en la calle desde los sindicatos o desde los movimientos sociales. Pero, presa de los pactos con las otras fuerzas, en las Instituciones IU ha perdido su perfil de izquierda alternativa. Apoyando a los sindicatos que pactan los recortes en las grandes empresas, aceptando como normal las sucesivas reformas laborales, la precarización, apoyando unos presupuestos de corte liberal, incapaz de oponerse a la participación del ejército en Afganistán, con serias dudas a la hora de pronunciarse sobre la Constitución Europea, aceptando los campos de internamiento para los inmigrantes, etc. ha aparecido como incapaz de indignarse contra la injusticia.Por otra parte, sin cohesión ideológica ha sido imposible mantener la cohesión en la gestión. Y así ha quedado una IU fragmentada por comunidades autónomas con proyectos contradictorios entre ellas. “Partido de lucha y de gobierno”, decíamos. Pero quedarse sólo con las pequeñísimas parcelas de poder institucional abandonado la lucha, ha sido un suicidio. Mientras el movimiento obrero y la “izquierda” no recuperen la capacidad de pensar antagonista, la autonomía de clase, serán incapaces de proponer una alternativa de izquierdas creíble.


3. Crisis ideológica


Sabemos que la principal derrota de la izquierda ha sido la ideológica. La izquierda, y especialmente una parte importante de la izquierda comunista europea, hicieron suya la crítica liberal contra el marxismo aceptando los postulados del pensamiento débil y postmodernismo. Sin referente ideológico y sin convicciones de transformación social, esta izquierda empezó a caracterizarse por el tacticismo y el inmediatismo, por una práctica decididamente reformista, por dar primacía a lo institucional y en consecuencia por las luchas internas por el poder. El carrillismo y el eurocomunismo habían sido las primeras manifestaciones de esta deriva que después iría tomando otros nombres (casa común, izquierdas periféricas, ecosocialismo, ). Verbalismo comunista, pero práctica decididamente reformista o liberal fundamentada en los principios de la posmodernidad. Pero cuando se pierde la congruencia básica entre lo que se dice y lo que se hace, se pierde la tensión moral imprescindible, las palabras ya no sirven. Se trata de la más grave crisis que puede sufrir la izquierda, la de la credibilidad. En repetidas ocasiones, bajo presión de ICV, la dirección de IU sometió a la organización a un proceso de mutación “transgénica”: pasar de “roja” a “lo verde” como nuevo paradigma político e ideológico, sin debate, como imposición desde la cúpula, sin medir las consecuencias. Se trataba nada menos que de cambiar estatutos y el mismo nombre de IU Pero no cambiaría nada, se decía, se trataba de un cambio puramente semántico! Afortunadamente, las bases, ideológicamente más sólidas que su dirección, rechazaron la propuesta.Cuando la izquierda, que sólo puede ofrecer convicciones, se avergüenza de sus fundamentos y de su propia esencia de lucha contra el sistema está perdida. Cuando la izquierda transmuta sus valores la gente no perdona.


4. Comportamientos antidemocráticos


El cambio de dirección política dado por el nuevo Coordinador General provocó, como era lógico, muy serias resistencias en el interior de la organización. Pero en lugar del debate para buscar consensos, en lugar del respeto al pluralismo, desde la dirección se buscó en el PCE el chivo expiatorio, con la ayuda de la prensa –tan crítica con IU en la etapa anterior- se desempolvó el antiguo lenguaje de “los duros” que no saben adaptarse, se utilizaron métodos estalinistas de censura para reinterpretar la etapa anterior, se manipularon censos para controlar las votaciones, se utilizó el chantaje económico, se expulsaron federaciones enteras no afines a la línea del equipo del coordinador, se eliminaron de puestos de responsabilidad a personalidades de reconocido prestigio por el sólo hecho de ser críticas etc. Y así hoy nos encontramos con un mapa de IU esquilmado y fragmentado, y unas federaciones enfrentadas entre sí, derrotadas todas por su propio Coordinador General. Lo de Cataluña, imponiendo en contra de la voluntad de la mitad de la organización un mal pacto con ICV fue el primer paso. Después vinieron los conflictos en Extremadura, en Andalucía, en Madrid o en Asturias. Ahí está, como colofón de la voluntad de manipulación en contra de los propios, el espectáculo de Valencia. La lucha de la dirección de un partido en contra de los propios, en un partido que casi no tiene nada que repartir más que valores, esfuerzo y entrega, es suicida.Por mucho que lo dicho hasta ahora pretenda ser un análisis objetivo, es preciso resaltar que lo ocurrido se ha llevado a cabo sobre el desprecio a la opinión de las bases y en consecuencia sobre el dolor de las mayorías, progresivamente marginadas dentro de la organización de los espacios de decisión y que desesperanzadas e incapaces de reaccionar contemplaban cómo la dirección dilapidaba su patrimonio ideológico, político y cultural que tanto tiempo y esfuerzos había costado levantar. Muchos no lo resistieron y se marcharon.


II – IU, más necesaria que nunca


Sin embargo, ante la marea social neoconservadora y sus consecuencias, se hace más imprescindible una fuerza alternativa al sistema.


1. La deriva neoconservadora.


Por desgracia estamos en un momento oportuno. El sistema no puede dar solución a los grandes problemas que tiene hoy planteados la humanidad: recursos energéticos, modelo de desarrollo, marginación y empobrecimiento de las mayorías, paz, etc. Por ello a medida que se agravan las condiciones, aparece cada vez más necesaria una voz y un referente político de una izquierda real.


2. Están naciendo nuevas fuerzas desde las bases


Pero está surgiendo el cambio histórico y las fuerzas que lo alumbraran. Otra democracia y otra política se están creando incipientemente en los márgenes, ajenas a la delegación y a la representación. Como en su día fueron los estados generales en Francia, y andando el tiempo fueron los soviets o los consejos obreros. Estamos en el renacimiento de estas fuerzas, el movimiento de movimientos: el alma del “pueblo de Seattle” tiene una indudable intuición anticapitalista que va más allá de los aparatos políticos y sindicales. Por eso el sistema los combatirá e intentará apropiarse de sus conceptos para domesticarlos (desarrollo sostenible, comercio justo, interculturalidad...). No se trata de idealizar. En el seno de lo que nace, no podía ser de otro modo, se reproducen las mismas tendencias dominantes que existen en la sociedad: la falta de definición, las luchas internas, la improvisación. Pero por lo menos en ellos hay mayor transparencia. Y sobre todo tienen el elemento más importante a su favor: la razón y la masa creciente de pobres del mundo. Si IU quiere sobrevivir debe pegarse a esta ola, debe estar presente sin suplantar, sin querer dirigir, impulsando y facilitando la creación de la red.


III – Apostamos por…Cambiar de rumbo.


Reconstruir el proyecto significa empezar desde cero, o desde menos cero si queremos superar los vicios heredados. Ciertamente lo mejor de IU es su militancia, los que siguen y no se han cansado. Ellos saben que no hay atajos, o al menos no los habrá para quienes sigan pensando en IU como un instrumento de lucha hacia una forma de vivir alternativa. Creemos que esta refundada izquierda debe tener las siguientes características


1. Anticapitalismo.


Si la política se ha convertido en gestión, si democracia representativa y mercado son principios inamovibles, qué significan hoy transformación, revolución o democracia? Nuestra lealtad se debe por encima de todo a la clase obrera, a los pobres y a los desfavorecidos. Por eso nuestra inconfundible identidad es hoy el anticapitalismo, asociado a republicanismo y democracia.


2. Líneas rojas


Desde la ofensiva neoliberal, la izquierda ha cedido en aspectos políticos y sociales considerados hasta hace poco inamovibles y vinculados al denominado estado del bienestar: empleo y trabajo estable, garantía de servicios públicos, enseñanza y salud universales, gratuitos y de calidad, derechos pasivos, democracia y participación, etc. Hoy se vende como modernidad la precariedad laboral, la privatización de servicios, el recorte de pensiones. La izquierda, y en concreto IU debe ser consciente que hay unas líneas rojas que no deberían de haberse traspasado nunca, y que hacerlo ha supuesto desnaturalizarse. Pero además en los últimos treinta años han aparecido problemas nuevos (modelo de desarrollo, modelo energético, inmigración, Europa, paz, derecho de autodeterminación, deslocalizaciones industriales y globalización, cultura y modelo universitario etc.) acerca de los cuales la izquierda debe saber también dónde debe trazarse aquella línea roja infranqueable que defina su identidad.


3. Reagrupar la izquierda real


Estamos en medio de un largo proceso de bifurcación que viene de lejos. Es una quimera pensar que el cambio social puede venir con una forma de entender y practicar la política desde lo institucional. Es imposible hacer política transformadora instalados exclusivamente en el círculo elecciones-instituciones-partido- medios de comunicación. Las mejores esperanzas de lucha anticapitalista nacen y se desarrollan fuera de lo institucional, cuando no contra lo institucional. En todo caso, desde nuestra representación institucional debe hacerse todo lo que esté a nuestro alcance para acompañar la lucha social. La refundación de IU debe ser un movimiento unitario, como en su origen, superando enfrentamientos que tuvo la izquierda en el pasado, junto al movimiento obrero y movimientos sociales de base. Debe ser en torno a un programa valiente, más allá de personalismos y oportunismos, que se atreva a poner el dedo en las contradicciones fundamentales: modelo de desarrollo, justicia, república, renta básica, papeles y derechos de ciudadanía para todos y en las infinitas formas que adopta la precariedad, en la capacidad creativa de la juventud, etc. Y eso significa andar junto al movimiento antiglobalización, al sindicalismo de lucha, con las redes de economía alternativa, colectivos culturales, ecologistas....Necesidad de confianza y un gran acuerdo ético. No es posible una reagrupación sin confianza y sin un gran acuerdo ético en la forma de entender la intervención política en la sociedad, de entender las relaciones entre partidos hermanos y entre los camaradas dentro del partido y las relaciones entre partido y las instituciones. La lamentable experiencia del PSUC en el interior de EUiA desde su fundación es un mal aval y hace que cualquier propuesta de unidad de los comunistas en relación a los partidos que la forman sea percibida por el PSUC como un puro espejismo.


4. Regeneración ética y democrática


Es urgente recuperar el lenguaje y la práctica de los valores históricos y tradicionales que identificaban a la izquierda como ética, coherencia, militancia, trabajo desde la base, compromiso, altruismo, lucha de clases, respeto a la diversidad, entrega a la causa, solidaridad, etc. y dejar de lado para siempre las prácticas del inmediatismo, oportunismo, lucha por el lugar de la lista o por la parcela de poder. Esto supone un trabajo a muy largo plazo, tejer complicidades en el interior y hacia fuera, establecer un método de respeto al pluralismo, democracia interna y transparencia en la gestión del colectivo con garantías. Para que esto pueda llevarse a cabo consideramos que hay unos requisitos previos sin los cuales la propuesta de regeneración no será creíble. Por ejemplo: Cambio de equipo de dirección e invitación a dimitir. Quienes se reconozcan que han tenido una responsabilidad especial en el desastre porque formaban parte del equipo de dirección deben ser invitados a dimitir. Nadie tiene en este momento autoridad para exigir dimisiones. Debe ser cada uno que lo decida. Y deberían hacerlo por dignidad consigo mismos reconociendo el fracaso de su gestión, por lealtad hacia los compañeros a los que han conducido a un callejón de tan difícil salida y por respeto al proyecto de IU. Consideramos además que es muy difícil la refundación de IU a partir de una Comisión en cuya composición han primado más los equilibrios que la voluntad sincera y fresca de refundación. Es imprescindible además una amplia y global “amnistía” para todas aquellas personas o agrupaciones que fueron apartadas o arbitrariamente excluidas y crear las condiciones para que todos aquellos que se apartaron ellos mismos ante la deriva que iba tomando IU participen en este proceso. Si deseamos que el militante y tantos amigos y grupos cercanos colaboren, aquellos que no han perdido la esperanza en un mundo fundamentado en otras bases, todos deben tener voz. No podemos prescindir de nadie. Sólo desde esta honestidad y esfuerzo podremos levantar de nuevo una esperanza colectiva. Transparencia en los censos. Impedir de una vez por todas las manipulaciones en el ejercicio de la democracia directa en el interior de IU. Esto significa empezar por la clarificación de censos. No a un debate de cúpulas. Debe ser la organización entera la que dirima su futuro y la estrategia a seguir. De la misma manera que aspiramos más por una democracia participativa y no sólo representativa, a que en la sociedad las bases puedan expresarse de manera directa, con mucha mayor razón en el interior de IU. El PSUC se compromete a trabajar, desde el respeto a los valores enumerados, a la recuperación de los principios fundacionales de IU, a la construcción de un proyecto unitario, a la elaboración de un programa y un discurso alternativos, y al necesario relevo generacional que precisan sus órganos de dirección.

domingo, 6 de abril de 2008

LA IZQUIERDA ESPAÑOLA ¿UN FINAL O UN PRINCIPIO? J R Capella


La izquierda española: ¿un final o un principio?

Juan-Ramón Capella
mientrastanto.e

Lo augurado se ha cumplido: Izquierda Unida ha obtenido los peores resultados electorales de su historia.
Todos los implicados en esta crisis se han lanzado a hablar de "renovación profunda": renovación profunda del PCE, profunda renovación de Izquierda Unida. También, según noticias, en algunos ambientes, a darse palos los unos a los otros. Una profunda renovación.


Estas líneas se sitúan en otra perspectiva: esos resultados electorales significan "el final de una historia".

El final.


Y la pregunta es si la izquierda social real de este país está en condiciones, ahora, de "iniciar una historia nueva". No de renovar, o tratar de mejorar, sino de empezar de nuevo y de otra manera, construyendo otra cultura y otra práctica políticas, capaces de poner en actividad a todo el "pueblo de la izquierda" los días de cada día y no sólo en las citas electorales.

Final de una historia

Los lectores disponen sin duda de un manojo de explicaciones acerca de los resultados electorales de IU: desde la ley electoral —concebida desde el principio contra nosotros, pero que ha funcionado siempre— hasta el llamado "voto útil", una consecuencia, en el fondo, de la ley electoral y del temor al PP. Explicaciones que toman en consideración desde las divisiones internas de IU hasta las prácticas políticas de este partido: el seguidismo al Psoe de Llamazares; o las inconsistencias: el Tripartito catalán, donde IC detenta el ministerio de la represión y la ejerce; o la participación en el Gobierno Vasco.

Pero todas estas explicaciones, pese a ser significativas, eluden las cuestiones de fondo principales: ¿por qué muchos trabajadores y gentes de izquierda votan enajenadamente por el PP? ¿Por qué muchos, muchos, votan al Psoe? ¿Por qué los sindicatos están a partir piñón con el gobierno central —campeón de la política neoliberal— o con los diversos gobiernos autonómicos? Ciertamente, preguntas como éstas no sirven para explicar por qué se han perdido posiciones: sirven para plantear el problema de la pérdida de influencia electoral y sobre todo social de la izquierda en los últimos veinte años e incluso antes.

Pues no se trata de preguntarse por qué los resultados electorales son tan malos, sino de preguntarse por qué no funcionan las instituciones políticas de la izquierda real de este país.

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Este análisis no se puede hacer en una breve nota sobre lo más urgente. Para una explicación aclaratoria de la debilidad política de las instituciones de la izquierda en España habría que remontarse, en mi opinión, bastante lejos. Al menos, a la catastrófica gestión de Santiago Carrillo y su equipo durante la transición, cuando el PCE renunció a diferenciarse programáticamente del Psoe, se tragó sin más la monarquía y la bandera de Franco, proclamó la honorabilidad de los militares insurrectos, y cedió conquistas de los trabajadores en los Pactos de la Moncloa. Este pragmático cinismo, capaz de traicionar cualquier ideal colectivo, liquidó en poco tiempo el prestigio que el partido había conquistado en la resistencia antifranquista y desmoralizó a muchísimos de sus militantes.

Sobre esta base del oportunismo de la dirección del PCE les resultó fácil a los medios de masas del gobierno y del empresariado la "construcción de la identidad socialista" ubicándola en el Psoe, cuya contribución colectiva a la lucha antifranquista se puede calificar piadosamente de microscópica. Y mediocridades como Felipe González, Alfonso Guerra, Miguel Boyer, Joan Reventós, Javier Solana y tantos otros que me callo fueron presentados como oráculos por los medios de masas afines al empresariado y al Departamento de Estado norteamericano (o sea: todos de acuerdo en eso).

Es obvio que en un período de tiempo muy breve, y que coincide con los años centrales de la transición, el PCE, el partido hegemónico entre los demócratas españoles, su vanguardia y su máquina de pensamiento, su principal formación, pasa a ser un partido político secundario en la vida política, y a perder una a una las cualidades que le habían llevado a la hegemonía, las principales de las cuales eran su capacidad de producción de pensamiento político y sobre todo, por encima de todo, su práctica militante.

Una discusión seria de lo que le ocurre hoy a la izquierda debe tomar en consideración los errores cometidos.

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Con el final de la transición, esto es, con la nueva derrota significada por la entrada de España en la OTAN; con el Psoe de Felipe González en el Gobierno —el gobierno más corrupto que ha conocido la monarquía parlamentaria—; con el cambio a las políticas neoliberales puras y duras que la izquierda social no tuvo siquiera la capacidad de modular, el PCE dirigido por G. Iglesias tuvo el acierto de crear Izquierda Unida.

La creación de IU significó inicialmente un paso positivo en la recuperación de la Izquierda Social. Con la experiencia de Julio Anguita y Convocatoria por Andalucía pudo parecer que esta formación, abierta a grupos y personas no identificados con el partido comunista, se realizaba la renovación política que necesitaban las instituciones de la izquierda de este país, y que se materializaba un modo distinto de hacer política.

Hay que decir, sin embargo, que el PCE, que puso todo su empeño en fundar e impulsar Izquierda Unida, lo hizo "con red", por decirlo así: no quiso contemplar su propia disolución en el seno de la nueva organización.

Y ésta tuvo que funcionar en medio de un marjal de cocodrilos: infiltrados del Psoe o afines a este partido en puestos incluso directivos; durísimo enfrentamiento con el gobierno a propósito de políticas inadmisibles como la guerra sucia de los Gal, y, naturalmente, la hostilidad de la prensa, siempre con el empresariado, siempre con el Psoe, o los nacionalismos, o con la derecha: siempre negándole a la izquierda social un lugar al sol en la construcción de la política de este país. Mientras tanto, políticos nacionalistas y de clase media se hacían con el control de parcelas de la izquierda, como el Psuc, para desactivarlas y presentarse como equipos compatibles con el sistema.

Otras cosas cambiaban, entretanto, y no sólo condicionantes exógenos de primera magnitud. La opción de todos los partidos por la fórmula de los "partidos de cuadros" y el abandono de la idea del "partido de masas" originó una ruptura generacional muy difícil de salvar. Muchas personas han visto en la actividad de las organizaciones no gubernamentales un punto de referencia para la transformación molecular del mundo social, en detrimento de una acción política que sólo ven en su limitado y travestido referente parlamentario y sobre todo en la superficialidad de su versión massmediática.

Por supuesto, estos cuatro apuntes no bastan. Pero señalan que hay que buscar explicaciones de fondo a la crisis específica de la izquierda social en España.

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La cuestión, hoy, es saber si IU y PCE pueden convertir este final de ciclo político en el principio de otra cosa, aliándose con todas las fuerzas e iniciativas sociales, con los grupos de acción disconformes con el sistema y con las personas portadoras del espíritu de rebelión.

No se trata de conseguir una enésima refundación de Izquierda Unida, o de buscar una refundación del PCE. Se trata de suscitar la voluntad política de crear un partido nuevo, abierto a la militancia de masas y no sólo parlamentario, definido no ideológica sino programáticamente —esto es, un partido laico, en el que puedan coincidir personas de diversas ideologías, conformes con un programa democráticamente concebido y estipulado.

Un partido consciente de que la propia forma política del partido —la institución partido— está en crisis, y decidido a experimentar y a tratar de ser un partido de masas de asociados, y no una mera organización de cuadros profesionales de la política (lo que impondrá afrontar desde el principio el problema de la profesionalización temporal en la actividad política).

Nos hallamos ahora en una situación paradójica:

Tenemos a la vez el problema planteado por Gramsci: capitanes sin ejército y ejército sin capitanes. Y lo tenemos, lo subrayo, a la vez.

Hay capitanes que han perdido su ejército. Capitanes como Llamazares, Alcaraz o Frutos, que, cualesquiera que sean sus méritos personales, han sido incapaces de mantener cohesionadas sus fuerzas. Son capitanes sin ejército en el peor sentido de la expresión: no son ellos los dotados de ideas estratégicas y capacidad de atracción para conseguir un "ejército" nuevo. Deben ser rebasados políticamente para que lo nuevo pueda nacer.

(Éste puede parecer un juicio duro, pero es sólo un juicio político, no moral; y por tanto abierto a cambiar según los comportamientos políticos.)

Pero hay también —y esto es lo más importante— un ejército sin capitanes. El de los militantes de tantas organizaciones políticas y sociales —incluida tanta buena gente del PCE y de IU—, por supuesto, pero también la multitud de personas que perciben la gravedad de los problemas para los que el empresariado y su clase política carece de respuesta, y que desean hallar un lugar de inserción en la lucha política.

Ese lugar de inserción no puede ser otro que el de un partido de nuevo cuño que anime comisiones cívicas, estudiantiles, sindicales, locales, en torno a iniciativas ciudadadanas y rurales de todo tipo, sobre los ejes centrales de la problemática social de nuestro tiempo.

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¿Es esto viable? ¿Es sólo un sueño?

La cultura política tradicional del comunismo sin duda verá con reticencia el proyecto de apostar por un gran cambio. No sólo el PCE: también otros grupos políticos menores temerán perder su identidad si apoyan a fondo un proyecto de renovación en profundidad. Porque se trata de eso: de perder una máscara, una personalidad, que ya no sirve, y aprender a construir junto con otros una máscara política nueva.

Por otra parte, siempre la construcción de nuevas identidades en la izquierda —desde la del común antepasado Pablo Iglesias, a la de las formaciones anarquistas, etc.— se han dado en medio de luchas sociales importantes, en momentos en que no podía siquiera imaginarse la apatía sociopolítica que parece caracterizar nuestro presente.

Pero los desafíos que aguardan al "partido orgánico de la izquierda social", sea cual sea la denominación que encuentre, no son pequeños: tienen que ver ante todo con la precarización del trabajo, con el sistema de pensiones, con el dumping social, con los trabajadores inmigrantes, sus derechos y su incorporación a la lucha de la izquierda social. Hay que hacer frente y echar abajo el crecimiento neoliberal de las desigualdades.

Hay que hacer frente con desobediencia civil, con gran energía, a las políticas del sistema que nos comprometen en actividades bélicas, que violan sus propias leyes, que nos ignoran como personas; hay que hacer frente a aparatos del Estado, como el judicial, que convierten en una burla eso que se suele llamar "administración de justicia". Hay que transformarlos de raíz.

Hay que afrontar el final de la era del petróleo barato, con la consiguiente militarización del tráfico del petróleo y materias primas; afrontar la pérdida de derechos individuales en beneficio de todo tipo de policías; hay que afrontar el cambio climático y la escasez de agua buscando soluciones razonables y cooperativas.

Hay que afrontar una lógica social que trata de desplazar siempre a mañana los problemas de hoy, agravándolos y haciéndolos inmanejables: los problemas de los residuos, de las incompatibilidades productivas.

Es necesario abordar los necesarios cambios en los modos de vida: la hiperurbanización, las formas de trabajo que incitan al uso creciente del automóvil privado. Hay que abordar el problema creado por la formación de monopolios publicitario-culturales, crear sistemas de enseñanza que al menos permitan aprender… Y también mantener o conseguir conquistas elementales: el derecho de las mujeres al aborto, la curación de las pandemias homofóbica y machista, la conquista del derecho a la eutanasia.
E

so y tantas otras cosas, por no hablar de las lacras que afligen a las poblaciones pobres. Por todo eso, y por la consciencia de que no se trata de problemas imaginarios, puede ser posible hablar de un nuevo partido de la izquierda de este país como de un proyecto, y no sólo como un sueño.

Porque no podemos abandonar todos esos problemas a la gestión de los empresarios y de sus partidos afines, el Psoe, el PP y los nacionalistas de derechas. Porque no podemos limitarnos a incidir marginalmente sobre ellos, ni menos aún podemos mendigar. Por eso es imperativo, aunque parezca hoy difícil, decir adiós a lo viejo y crear entre todos algo nuevo.
Ponte a pensar.
Luego hablamos.